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domingo, abril 18, 2010

Campanas

Hubo un tiempo en el que las campanas eran como la radio de los pueblos, por medio de ellas se daban a conocer a los habitantes de la zona los sucesos más importantes como la muerte de algún vecino, con diferentes toques dependiendo de si el muerto era una persona mayor o un niño; se avisaba de los incendios, inundaciones o tormentas; se llamaba para que acudieran a misa o para avisarles de algunos rezos que había que realizar a lo largo del día; tocaban a repique cuando salía una procesión, de ahí ese dicho de “no se pueden repicar las campanas e ir en la procesión”. La persona encargada de comunicar todas estas noticias era el campanero y los vecinos entendían el leguaje lo mismo que el hablado. Hoy en día seguro que la mayoría de la gente oiríamos las campanas pero nos quedaríamos sin enterarnos de que iba la cosa.

Todas las iglesias y las ermitas tenía sus campanas con un tamaño adecuado para las mismas, luego, las iglesias se fueron haciendo cada vez mayores hasta convertirse en grandes catedrales y las campanas fueron creciendo también y no sólo en tamaño, si no en importancia.

Llegaron a ser tan importantes y representativas de algunos lugares que en tiempos de guerra los vencedores se las llevaban como trofeo como hizo Almanzor cuando atacó Santiago de Compostela y a hombros de los prisioneros cristianos las trasladó a Córdoba siendo rescatadas, según cuentan, por Fernando III dos siglos mas tarde haciendo que fueran trasladadas de nuevo a Santiago a hombros de los prisioneros musulmanes.

En Oviedo tenemos la que quizás sea una de las campanas más antiguas, es del siglo XIII se llama “Wamba” y la inscripción que figura en ella, es de 1219. Está en la catedral y no sólo es importante por su antigüedad, si no que la instalación que la hace funcionar data del siglo XIV.

Pero hay otras campanas que sin estar hechas con ningún metal, ni estar en ninguna iglesia o catedral, también emiten un lenguaje entendible y el ejemplo más claro es la conocida como “Campana de Huesca”.

Cuentan que el rey de Aragón, Ramiro I el Monje tenía problemas con algunos de sus súbditos. Como no acababa de encontrar la manera de poner orden, envió un emisario para solicitar consejo del abad del monasterio de Saint Pons de Thomieres. Este pidió al emisario que lo acompañara al huerto del convento y en su presencia abatió las más altas coles, indicándole luego que refiriera al monarca lo que había visto. Enterado el monarca y sin dudas de que había entendido el mensaje, citó en Huesca a los magnates de todo Aragón con la excusa de celebrar Cortes y cuando todos estaban reunidos les hizo saber su intención de fundir una campana tal, que al tañerla llegara su voz a todos los lugares aragoneses.

Los presentes lo tomaron un poco a pitorreo, pero uno de los días de reunión, según iban acudiendo al palacio, el personal de confianza del monarca degolló hasta quince de los más importantes. No hay duda de que este mensaje llegó alto y claro a los demás que escucharon la campana con todo respeto y por lo que se ve dejaron de alborotar el reino.

Moraleja:
Si a la campana escuchas con agudeza,
no te quedarás sin cabeza.

21 Comments:

Blogger Trini Reina said...

En mi pueblo, hace un mes, murió la campanera. Sí, era una mujer quien tocaba las campanas. Los mayores sabían por el repique, si era hombre o mujer el difunto, si tenía más influencia o menos el fallecido (esto por lo largo o corto de la señal) Si era más grande o más leve la fiesta. En fin, que la campanera era un personaje muy popular de mi pueblo y hasta le han puesto a una calle su nombre. Ahora las campanas son mecánicas y ya no parecen tan nuestras.

No conocía lo de "Las campanas de Huesca".
Nunca sale una de aquí sin conocer algo nuevo.

Abrazos

abril 18, 2010 9:51 a. m.  
Blogger Merchi said...

Es bien cierto lo que dices. Yo recuerdo desde niña oir las campanas y a mi abuela ir diciendo por el patio que tocaban a muerto, y lo curioso del caso, es que sabía si era hombre o mujer, por el toque largo, corto, muy seguido o continuado.
La gente mayor se las sabía todas, para una cria lógicamente.. tocaban y punto pelota. Yo de las únicas campanadas que me enteraba, eran las que anunciaban el Año Nuevo jejeje.

Un beso preciosa, y que tengas un buen domingo.

abril 18, 2010 1:00 p. m.  
Blogger clariana said...

Es una comunicación interesante esta de las campanas en los pueblos. Me ha gustado todo lo que explicas en relación a los diferentes toques y su significado, así como la parte histórica tan interesante que has tratado.
Que tengas un buen domingo. Besos.

abril 18, 2010 1:11 p. m.  
Blogger Carmine said...

Qué pena que se pierdan estas costumbres, incluso en los pueblos. Es curioso lo que contáis, que el toque era distinto dependiendo del sexo de la persona difunta. Se lo contaré a mis alumnos. Hay que ver la de cosas que se aprenden en los blogs. Saludos. Carmine.

abril 18, 2010 3:22 p. m.  
Anonymous unjubilado said...

Yo antes conocía todos los toques de las campanas, ya que en el pueblo de mi padre los oía a menudo.
En la actualidad en Zuera, las he oído en varias ocasiones y todavía reconozco la mayoría de los toques.
En cuanto a la campana de Huesca es algo que me enseñó mi padre y por ello le dediqué una entrada en mi blog, que por cierto he visto que tu comentaste.
No conocía la historia de la "Wanba", ahora ya no podré decir que es un baile, recordaré tu post y si surge la ocasión lo comentaré con el que me quiera escuchar.
Un abrazo

abril 18, 2010 8:54 p. m.  
Anonymous Marian said...

A veces una oye campanas… y como le sucedió a los protagonistas de esta historia no se interpreta el código o se menosprecia el mensaje subliminal. Ahora diríamos que les dieron un toque; y además definitivo a los probitines.

Es una pena que se esté perdiendo una tradición tan ligada al sentido comunitario de la “ciudadanía” y al arte; porque además de un lenguaje cifrado, tiene mucho de virtuosismo musical. Me refiero a la ejecución …al oficio.
¡Ah! una cosina que seguro que ya sabes pero que yo que soy “adoptada” por las buenas gentes de esta tierra, oí relatar hace un tiempo: Resulta que “campanu”, el primer salmón de la temporada que se pesca en los ríos asturianos, recibe su nombre porque antiguamente, las campanas repicaban dando noticia de su captura.
Besinos

abril 18, 2010 10:03 p. m.  
Blogger Ligia said...

Muy interesante el texto sobre las campanas. Aparte se aprende también de los comentarios. Abrazos

abril 18, 2010 10:21 p. m.  
Anonymous Ocasiones said...

Jolines, gran historia la de las campanas!!!
Me ha gustado, en los pueblos, por lo menos de mi tierra, siguen funcionando para avisar de muchas cosas.
Un beso

abril 19, 2010 3:24 a. m.  
Blogger Leodegundia said...

TriniReina – Lo siento por la campanera y por toda la gente que escuchaba los sonidos de la campana cuando ella la hacía hablar. Es cierto que ahora muchas campanas tocan gracias a un mecanismo, pero creo que no es lo mismo porque les falta el sentimiento que ponían los campaneros.

Merchi – Era lógico que lo supieran pues lo aprendían casi al tiempo que aprendían a hablar. Yo todavía recuerdo de cuando vivíamos en el pueblo, aquel sonido tan triste y angustioso que nos llegaba desde el campanario de la iglesia cuando alguien moría, siempre me impresionó mucho.

Clariana – Me alegra que te haya gustado porque creo que es un tema interesante y que quizás no tarde en perderse si no lo recordamos de vez en cuando.

Carmine – Si, los blogs suelen ser un buen medio para aprender y para enseñar, todo es seleccionar los que te gusten.

Unjubilado – Lo de llamar Wamba a esa campana dicen que fue en honor del rey godo del mismo nombre, pero no te lo puedo confirmar.
Eso de la Campana de Huesca siempre me impresionó quizás porque desde pequeña vi ese cuadro con tantas cabezas cortadas.

Marian - :-) Si, esos se enteraron de primera mano de lo que quería decir la campana.
Lo de que se llamara campanu por esa razón no lo sabía, mira que siempre se aprende algo. Ahora los pescadores andan pelín revueltos con eso de no poder vender el campanu, a no ser que las normas cambiaran otra vez.

Ligia – Si, lo bueno de los comentarios es que también se aprende de ellos y yo los agradezco porque muchas veces esos comentarios sirven como ampliación del tema con datos que yo no puse o que no conocía.

Ocasiones – Bienvenida a mi casa.
Si, las campanas siguen funcionando con su lenguaje especial en muchos sitios, pero ahora casi todas funcionan de forma mecánica y no manual, lo que se va perdiendo son los campaneros que ponían su toque especial.

abril 19, 2010 11:01 a. m.  
Blogger  Mayte said...

Me gustan mucho las campanas, quizás sea porque mi madre las colecciona, tu historia de hoy es de agradecer. Mi abuelo decía que cuando suenas una campana llamas a los ángeles en la tierra, como un guiño...

Biko ;)

abril 19, 2010 3:54 p. m.  
Blogger Azusa said...

Me has recordado a una leyenda (o un par) que relaté hace tiempo en mi blog y que tiene que ver con la campana de la Basílica de la Virgen de los Milagros (en mi localidad, Ágreda)
Te la copio aquí tal y como la escribí por si te interesa:
Os aviso de que no me he documentado ni lo pienso hacer, esta historia es de tradición oral, y yo la contaré como me la contaron.
Mi pueblo y el de al lado, como muchos otros pueblos cercanos, se puede decir que son pueblos rivales. Siempre lo han sido y aunque pase el tiempo, parece que siempre lo serán. Recuerdo desde el instituto que siempre había los típicos piques entre unos y otros, porque los del pueblo A somos más listos, y los del pueblo B somos más guapos...vamos, mil y una tonterías...
Esta rivalidad parece que se remonta muchos años atrás, desde que ocurrieron ciertos sucesos que dieron nombre, o más bien mote a los habitantes de ambas localidades, una denominación que aún perdura. Así, los de mi pueblo somos conocidos como vikingos y los habitantes de la otra localidad son llamados zampaos, sendos nombres en tono despectivo, todo sea dicho.
Pues bien, cuenta la leyenda que hace muchos años, supongo que cuando las dos poblaciones no eran más que un montón de casas habitadas por pastores y labriegos, en una de esas poblaciones (la mía) se escapó un cerdo y se fue correteando hasta el monte, con tan mala suerte que los que lo encontraron fueron los de la vecina localidad. Y claro, no se les ocurrió otra cosa que en lugar de devolverlo, pues ¿qué iban a hacer?... Comérselo, o zampárselo, de ahí el nombre de "zampaos"
Y ya no sé si como revancha o si es que fue antes o después, pero la Iglesia Mayor de mi villa necesitaba una campana. Claro, que como encargarla resultaba muy caro, a los de mi pueblo no se les ocurrió otra cosa que cogerla "prestada" de la ermita de San Marcos, perteneciente al pueblo vecino. Y ahí sigue la campana, siglos después, tan contenta repiqueteando en la Basílica de mi pueblo... De ahí, del robo, el sobrenombre de los habitantes de mi villa, "vikingos"

abril 19, 2010 5:28 p. m.  
Blogger Charles de Batz said...

Es un tema que siempre me ha apasionado, pues considero que lejos de lo que imaginamos, las campanas cumplieron una importantísima función en las vidas de nuestros antepasados. Gracias a ellas, se enteraban de los sucesos más relevantes de su entorno, llegando a saber por ellas si había fuego en el pueblo, había muerto un rey o alguien del pueblo, venía una tormenta o era la hora de orar. En cierta manera, y con las inevitables limitaciones que podía tener, era como una radio que tenía puntualmente informados a todos aquellos que estaban en su radio de acción.

Hace poco, documentandome para un tema que no viene al cuento, leía varias cosas sobre las campanas. En él se decía, por ejemplo, que para cumplir debidamente esa función de la que hablo en el párrafo anterior, procuraban que el alcance de su sonido llegara hasta los límites de la parroquia o municipio, y para ello hacían sus pruebas. También existía una compleja y elaborada forma de hacerlas sonar de manera que según cómo fuera, significara una cosa u otra. Eso suponía que no sólo quien las hiciera sonar sabía lo que quería decir, si no también todos y cada uno de los habitantes de la parroquia. Ese conocimiento es una de las tantas cosas que hemos ido perdiendo en este mundo de hoy.

Afortunadamente, si buscas por internet, encontrarás que hay varias agrupaciones que se encargan de mantener y estudiar todo lo que a ello se refiere... Lo que cuentan me pareció muy interesante, la verdad.

Por último, te dejo el enlace con una historia relaciona con las campanas de Foncebadón que me contaron cuando hice el Camino de Santiago, y luego leí narrada de mano del escritor Julio Llamazares. Creo que vale la pena ojearla.

http://www.elpais.com/articulo/opinion/campanas/Foncebadon/elpepiopi/19930326elpepiopi_1/Tes

Salud

abril 20, 2010 12:24 p. m.  
Blogger GUILLE said...

Mi querida Leo, me ha encantado tu post, me han traido recuerdos de mi niñez, el internado al lado mismo de la catedral,¡ como zumbaban las puñeteras, y su sonido no estaba provocado por un botón, si no por los sacristanes pendientes de lanzarlas al aire según el rezo o festividad. Nunca fallaban la oración de las doce, hoy día ni se escuchan. Me atrevo a copiar un trozo de una poesia de Antonio Machado:

Sentí tu mano en la mía.
tu mano de compañera,
tu voz de niña en mi oido
como una campana nueva,
como una campana virgen
de un alba de primavera...

ese trozo en especial me ha gustado mucho de siempre y te lo dedico aunque no sea mío. Besos Guille

abril 23, 2010 1:13 a. m.  
Blogger Maca said...

Pues sí que es cierto que antes algunas cosas se hacian a toque de campana,de esto se deduce que la iglesia siempre estuvo (de algún modo) metida en las decisiones de este pais.je,je
No sabía que a las campanas se les ponía nombre, !interesante dato!.
Un beso

abril 23, 2010 7:02 p. m.  
Blogger Senior Citizen said...

Cuando entro por primera vez a un blog me gusta comentar en el post que lo inició. He ido a él aquí y veo que fue justo hace cinco años, pero también veo que dices que no recibes aviso de los comentarios, por lo que dificilmente te ibas a enterar de que he llegado y de que saludo a la autora y a la clientela.

abril 24, 2010 1:44 a. m.  
Blogger almena said...

¡me ha encantado es post!
Hace un par de años estuve en la fundación de Joaquín Díaz, en su museo, y tenían una gran colección de campanas y unos grandes posters que contaban su historia, el significado de su distinto sonar tal como tú detallas...
En mi niñez pude escucharlas, oír su repicar por distintos motivos, un fuego, un entierro, la "Misa Mayor"... etc. Y es verdad, tienen un lenguaje bien diferenciado para cada situación.

La moraleja genial!!

:)

Un besico!

abril 24, 2010 1:15 p. m.  
Blogger Leodegundia said...

Mayte – Supongo que aunque hoy en alguna ocasión suenen las campanas no será como antes pues el ruido ensordecedor del tráfico les quitará todo el encanto.

Azusa – Muy buena la leyenda, te agradezco que la hayas contado pues así enriquece más al artículo de hoy. Supongo que los que visitan mi casa habrán disfrutado con ella tanto como yo.

Charles de Batz – El detalle que cuentas del alcance del sonido de las campanas es muy interesante y gracias por la dirección que dejas, así todos podremos saber un poco más. Vuestros comentarios aportan muchos datos que amplían el tema con lo que todos salimos ganando.

Guillermina – Este artículo de las campanas se está viendo ampliado con datos muy interesantes y ahora tú nos dejas un fragmento de una poesía de Machado que le viene que ni pintado al tema.

Maca – Jaja, bueno, más que decisiones, en el caso de las campanas la iglesia lo que hacía eran avisos para que el pueblo se enterara de lo que pasaba.
Si, a las campanas se les pone nombre como a casi todo.

Senior Citizen – Bienvenida a mi casa.
Lo de no recibir avisos era al principio, ahora si los recibo en el correo, :-) desde que empecé hasta ahora fui aprendiendo bastantes cosas y tengo que decir que gracias a muchos bloggeros muy atentos que ayudan a los que como yo andan un poco cortos en el manejo de estos trastos modernos. Si te fijaste, en las primeras publicaciones no hay imágenes, luego un alma caritativa me enseñó como se hacía y ya pude ponerlas.
Como le dije a Jubilado en su blog, en este medio me encontré con gente estupenda y muy interesante.

Almena – Me imagino que en ese museo disfrutarías un montón ya que pudiste enterarte de la historia de las campanas, a mi todas esas cosas me encantan.
Jaja, la moraleja es de mi cosecha, creo que es un buen aviso para aquellos que no escuchan las campanas con atención.

abril 24, 2010 3:59 p. m.  
Anonymous A.Dulac said...

Conocía la historia que has narrado pero,hace tanto de ella.Gracias Leo por traerla a la memoria;sin duda esa campana sono alto y fuerte,¡Señor,que cosas!.
Saludos de A.Dulac

abril 25, 2010 12:06 a. m.  
Blogger Leodegundia said...

A.Dulac - :-) Ya lo creo que sonó alto y claro y supongo que su mensaje duró bastante tiempo en los oidos de la gente del lugar.

abril 25, 2010 8:46 a. m.  
Blogger Tawaki said...

Ni se sabe cuándo fue la última vez que oí una campana. Aquí en Madrid no se estila, y creo que en los pueblos cada vez se usan menos.

Se pierden las buenas costumbres.

Un abrazo.

abril 25, 2010 8:41 p. m.  
Anonymous Fuga said...

Leí este interesante post el otro día pero estaba en el portátil y ya sabes que me desespera escribir allí, se me descolocan todas las palabras y es tremendo.
Me gusta el sonido de las campanas, recuerdo cuando vivía en Barna y escuchaba las de la catedral desde casa, por el día me gustaba mucho, por la noche un poco menos.
Es una pena que poco a poco vayamos perdiendo costumbres bonitas, cada vez somos más tontos, tanta información creo que nos atraganta y hace que perdamos lo realmente bueno.
Otro besín.

abril 28, 2010 12:44 p. m.  

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