El rincón de Leodegundia

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domingo, marzo 21, 2010

Entender a la Justicia


Para la gente de a pie que ni es juez, ni abogado, ni fiscal, entender las sentencias que se pueden leer en la prensa no es precisamente fácil y la mayor parte de las veces no sólo no se entienden si no que parecen injustas. Todo esto poniendo en cuarentena la noticia publicada pues los periódicos a veces no cuentan las cosas con el rigor que debieran, claro que llama la atención el que si la noticia no se ajusta a la verdad ¿por qué la Justicia no reclama?.

Bien, hecha esta aclaración y para que entendáis a que me refiero, voy a hacer referencia a dos casos publicados en La Nueva España, el primero el día 1 de Febrero de 2010 y al segundo al día siguiente en el mismo periódico.

El encabezado de la primera en negrita y letra bastante grande dice textualmente: EL SUPREMO REBAJA LA PENA A DOS VIOLADORES POR NO LESIONAR A LA VÍCTIMA MÁS DE LO "NATURAL" y continúa con letra un poco más pequeña y sin negrita: EL FALLO NIEGA QUE LOS ACUSADOS RETUVIESEN A LA MUJER AUNQUE SE LA LLEVARON EN COCHE. Y en la explicación que dan a este último párrafo dicen: Además, revoca la pena de cuatro años por un delito de detención ilegal ya que, según sostiene el tribunal, la “mecánica comitiva” de la agresión sexual “requería de modo natural el apartamiento a una zona menos transitada, aunque sólo fuera para asegurar la impunidad evitando la presencia de testigos”. El Supremo describe el hecho de llevarse a la joven a un descampado como el “medio necesario” para cometer la violación, y no como un delito aparte de la agresión sexual.
O sea, que el que te arrastren a zona apartada y oscura no se puede considerar detención ilegal porque dentro del delito es lo lógico, tampoco van a violar a alguien en medio de la calle ¿no?. Y por otra parte yo me pregunto ¿qué baremo emplean para valorar si se lesiona lo natural, o más o menos?.

Puede que con el libro de leyes en la mano este fallo sea el correcto, pero sin el libro y sólo con la lógica, es indignante. Creo que cuando alguien se abalanza sobre una persona, la arrastra a lugar apartado y la viola en la manera y las veces que le viene en gana, debe de recibir un castigo que no se le olvide de por vida, eso sería lo justo, lo demás es a mi entender disculpar al violador y pasar bastante de la víctima.

El segundo caso tampoco tiene desperdicio. La noticia dice así: “REDUCEN LA PENA A UN HOMBRE QUE DEJÓ INVÁLIDA A SU MUJER PORQUE NO LA ATACÓ POR SORPRESA” y continúa con una letra un poco más pequeña: “LA CONDENA PASA DE 21 A 16 AÑOS DE CÁRCEL PESE A QUE EL MALTRATADOR DESPERTÓ A LA VÍCTIMA Y LA PATEÓ HASTA DARLA POR MUERTA TRAS HABERLE PEDIDO ELLA EL DIVORCIO”. Continúa la noticia: Que utilizando sus propias llaves y un plástico con el que levantó el pestillo de seguridad de la puerta, tras coger un cuchillo, se dirigió al dormitorio, donde agarró a su mujer por el cuello. La mujer despertó y cayó al suelo, momento en el que el acusado comenzó a propinarle puñetazos y pisotones. Los hijos, de 16 y 17 años, acudieron a la habitación y lograron quitarle el cuchillo, pero su padre continuó golpeándola y pisándola en el cuello cada vez que intentaba respirar. La mujer resultó con tetraplejia y precisa de por vida asistencia permanente.
O sea, que si no la llega a tirar al suelo y despertarla, le caen cinco años más, pero como tuvo “la delicadeza” de despertarla de forma tan cortés, se le rebajan esos cinco años. Y vuelvo a lo mismo que en el caso anterior, puede que con el libro de leyes en la mano este fallo sea el correcto, pero sin el libro y sólo con la lógica, es indignante.

Muchos son los fallos judiciales que se reflejan en la prensa casi todos los días y desgraciadamente no todos entendibles y esto creo que va en contra de la Justicia pues a los que no los entendemos, aunque pongamos la noticia un poco en cuarentena, no deja de producirnos una cierta desconfianza hacia esa Justicia que se supone tiene que defender a las víctimas y castigar como se merece a los delincuentes.

Y para rematar se pueden leer opiniones como la que sale el día 5 de este mes en el periódico que dice “El catedrático Sanz Morán ve “muy severo” el sistema penal en España”. Severo lo iba a poner yo, que se iban a enterar todos esos mangantes que andan sueltos por ahí y a los que si los pescan y los meten en la cárcel, a los cuatro días salen de permiso y a los otros cuatro están en la calle.

domingo, marzo 14, 2010

Mejor en silencio


Cuando se quiere defender a alguien o a algo es preferible hacerlo en silencio o de forma discreta pues una propaganda excesiva puede resultar perjudicial para ese alguien o algo, pues siempre el benefactor suele tener enemigos que intentarán usar a ese alguien o algo para fastidiarle.

Como ejemplo podemos poner la defensa que los antiguos egipcios hacían de los gatos, fue tal su empeño en defenderlos que llegaron incluso a prestar su imagen a una diosa, la diosa Bastet, protectora del hogar. Los gatos egipcios vivían a cuerpo de rey, y cuando morían se les honraba momificándolos y con derecho a sarcófago propio. Nadie podía maltratar a un gato llegando incluso a ser condenado a muerte aquel que tuviera la osadía de matar a uno de estos animales. Creo que los egipcios se pasaron un tanto con su amor a los gatos y esta cantidad desmedida de amor y respeto que en un principio se puede creer que les beneficiaba, al final hizo que los gastos pagaran los platos rotos pues los enemigos de Egipto los utilizaron como arma para derrotarlos.

Si, Cambises II, rey de los persas, conocedor del amor y respeto que los egipcios sentían por este animal casi sagrado para ellos, decidió utilizarlos a su favor para conquistar la ciudad de Pelusa. ¿Cómo lo hizo? pues atando a cientos de gatos a los escudos de sus guerreros y como ningún egipcio se atrevería a matar a ninguno, fue fácil lograr que la ciudad se rindiera, de no hacerlo así, los mismos egipcios serían los responsables de una gran matanza de su querido animal. Dicho de esta manera parece que los gatos, al no haber lucha, se salvaron, pero no lo creo, primero sufrieron al ser cogidos y atados a los escudos, seguro que sin ningún miramiento y una vez conquistada la ciudad y ya no haciéndoles falta los gatos, no me cabe ninguna duda de que si no todos, al menos la mayoría pasaron a mejor vida.

Esta enseñanza se puede aplicar hoy en día. En nuestro país se está poniendo de moda el prohibir dar de comer a los gatos callejeros, animalinos que no molestan a nadie salvo a esas personas que todo les molesta y que todo lo quieren solucionar con matar. La orden es “no dar de comer a los gatos callejeros”, pero no dan ninguna alternativa para que esos gatos preciosos, que no son molestos en absoluto, no mueran de forma tan horrible como es la muerte por inanición.

Cuando alguna persona da de comer a esos gatos, suele encontrarse con el clásico cascarrabias que la insulta y la amenaza con denunciarla, pero como la mayor parte de las veces no quiere meterse en líos, decide por su cuenta y razón quitar a los gatos de en medio envenenándolos, muerte tan dolorosa y cruel como la de morir de hambre y todo para fastidiar a las personas que les dan de comer.

Por lo que si aplicamos la enseñanza del relato de los gatos egipcios, lo mejor es darles de comer a los gatos intentando pasar desapercibido, procurando que el cascarrabias de turno no se entere y no por sus insultos ni sus amenazas, si no porque como suelen ser personas cobardes, al no atreverse a agredir al que les da de comer, mata a los gatos y con eso soluciona su problema.

Así que lo que en principio sería bueno para los gatos, que es recibir comida todos los días y no morir de hambre, se puede tornar en una muerte horrorosa por envenenamiento.

Razón tenía Jesús cuando dijo: “De lo que haga tu mano derecha, que no se entere la izquierda”. Hay casos en los que el silencio es la mejor protección.

domingo, marzo 07, 2010

Marta y María

Cristo en casa de Marta y María
Diego Velázquez (1599-1660)


No se si hoy existe una asignatura que se impartía cuando yo era niña, la Historia Sagrada. Siempre me gustó por la cantidad de historias y situaciones que contaba de la gente que vivía en aquellos lejanos tiempos aunque no siempre estaba de acuerdo con lo que leía y algunos de aquellos relatos me parecían injustos.

Tal es el caso de la historia de Marta y María que supongo que todos conocéis, pero para el que no la recuerde, le hago un resumen:

Pasó Jesús por una aldea en la que vivían Marta y María que con agrado le recibieron en su casa a él y a sus acompañantes. Mientras Marta se afanaba en prepara comida para todos ellos, María se acomodó a los pies de Jesús escuchando sus palabras. Marta que se vio un poco agobiada por la cantidad de trabajo, se dirigió a Jesús y le pidió que le dijera a su hermana que fuera a ayudarla, pero este le contestó que ella se inquietaba demasiado por las cosas poco importantes mientras María había elegido la mejor y por lo tanto no la apartaría de allí.

Bien, este pasaje siempre me pareció muy injusto con Marta porque si bien la parte espiritual es importante, la material también lo es y no leí que ninguno de los presentes renunciara a la comida que Marta había preparado mientras todos ellos estaban cómodamente sentados escuchando a Jesús. Y trasladando este hecho a nuestros tiempos yo me pregunto, ¿qué pasaría si todas nos volviéramos Marías y no quedara ninguna Marta que se ocupara de las necesidades diarias que no podemos saltarnos a la torera? en una casa hay muchos trabajos que atender como cocinar, lavar, planchar, aprovisionar la despensa, etc. etc. trabajos muy poco valorados que llevan tiempo y esfuerzo y que sin embargo, para algunos miembros de la familia parece que se hacen solos. Nadie pregunta cuanto te costó hacer estos trabajos, ni si te apetecía hacerlos, ni si estás cansada de la rutina diaria, pero si un día los miembros de la familia llegaran a casa y se encontraran con que todo estaba sin hacer y tu estabas dedicada a la vida contemplativa, los gritos y las protestas se escucharían en el punto más lejano del planeta.

Es curioso que a veces cuando te ven afanada atendiéndolo todo te dicen: “por favor, ven aquí y siéntate un rato porque no estás quieta ni un segundo, deja lo que estás haciendo, ya lo harás luego”. Esta frase que en un principio da a entender que se preocupan de ti, lleva un dardo envenenado al final en ese “ya lo harás luego”. No dicen “ya lo haremos después” o “yo te ayudaré más tarde” o “ya lo haré yo”, no, dicen textualmente “ya lo harás luego”.

Por eso me parece injusto, es muy fácil y muy cómodo llevar una vida contemplativa y pensar y ocuparse sólo de la parte espiritual, como si la parte material no fuese necesaria. Creo que Jesús debería de haberle dicho a María que ayudase a su hermana y cuando todo estuviera servido podrían sentarse ambas a disfrutar de su palabra y sus enseñanzas, de esa forma hubieran compartido el trabajo y el placer.

Que me perdone Jesús si no soy capaz de entender la Biblia por mis pocas luces o tal vez no soy tan culpable pues puede que las continuas traducciones que de ella se hacen no sean las correctas. Como decía una miga nuestra “Jesús habló en arameo y nadie le entendió y por lo tanto cada uno traduce sus palabras como le parece”.