El rincón de Leodegundia

Mi foto
Nombre:

sábado, junio 28, 2008

¿Verdad o leyenda?


La biografía de algunos personajes históricos de la antigüedad posiblemente tiene más de leyenda que de realidad pero no por ello deja de tener interés. Creo que todos sabemos que Ciro II el Grande fue un importante rey persa fundador del imperio aqueménida, pero quizás no sean tan conocidas las vicisitudes por las que tuvo que pasar en su infancia. Leyendo “Los nueve libros de la Historia” de Herodoto, libro con el que reconozco que disfruto muchísimo, me enteré de esa parte de la vida de Ciro.

Digamos que todo empieza con Astiages, heredero de Ciaxares, que tuvo una hija, Mandana. Una noche Astiages soñó que su hija orinaba tanto que llenaba la ciudad e inundaba toda Asia. Asustado por sueño tan raro acudió a los magos para que le ayudaran a interpretarlo y lo que le dijeron le llenó de temor ya que el significado era que la prole de su hija reinaría en su lugar. Cuando su hija llegó a la edad de casarse tuvo buen cuidado de no prometerla a ninguno de los medos dignos de su posición temeroso de que se cumplieran los pronósticos que los magos le habían hecho de su sueño.

El marido elegido fue alguien que aunque de buena familia no era de posición elevada y además estaba lo suficientemente lejos, el persa Cambises. Pasado un año de esta boda, Astiages tuvo otro sueño: que del vientre de su hija salía una parra, y que la parra cubría toda el Asia. Volvió a consultar a los magos y el resultado fue el mismo, así que teniendo en cuenta que su hija estaba a punto de dar a luz, la hizo venir desde Persia para tenerla vigilada de cerca en el momento del parto pudiendo así matar al recién nacido y con él desaparecer el peligro y el miedo a perder su trono.

Una vez que el niño nació, Astiages llamó a uno de sus familiares más fieles, Hárpago, y le ordenó que se llevara al niño a su casa, que lo matara y después lo sepultara y le dejó bien claro que le tenía cuenta acatar sus órdenes y guardar el secreto pues el no hacerlo podría resultarle peligroso.

Cuando recogió al niño se fue llorando no sólo porque comprendía que esta muerte era injusta si no que, conociendo los entresijos de la política, caviló que siendo Astiages viejo y no teniendo hijos varones, la sucesora sería Mandana y ¿qué pasaría cuando esta se enterara de que él había matado a su hijo?. Pensando sólo en salvar el pellejo decidió que le encargaría el asesinato a otra persona y así lo hizo. Mandó recado a uno de los pastores de Astiages que apacentaba los rebaños en unas montañas lejanas y cuando llegó le entregó al niño diciéndole: “Astiages te manda tomar este niño y abandonarle en las montañas para que perezca lo más pronto posible y quiero que sepas que si en lugar de matarle le salvas la vida recibirás una muerte horrenda. No podrás engañarme porque soy el encargado de ver el cadáver del niño”.

El pastor retornó a su casa con el niño y le contó a la mujer toda la historia pues además de lo que le había encargado Hárpago, uno de los criados le contó de quien era hijo la pobre criatura. Él estaba muy asustado pero la mujer reaccionó con más tranquilidad ya que se dio la casualidad de que la mujer acababa de parir un hijo muerto, así que le aconsejó que expusiera en las montañas a su propio hijo y ellos se quedaran con el hijo de Mandana. Así fue como el hijo del pastor después de estar expuesto en el monte varios días, fue enterrado en una sepultura regia mientas el otro niño pasó a vivir con los pastores.

Pasados unos diez años, un día en que estaban jugando los niños de la aldea sucedió algo que descubrió toda la historia. Los niños decidieron elegir a uno de ellos como rey y el resto se fueron repartiendo los distintos puestos de la corte. A Ciro, que para entonces no se llamaba así, le tocó el papel de rey y quizás por venirle de familia, empezó a dar órdenes a diestro y siniestro para que todos hicieran lo que él quería. Sólo uno de los niños se negó a obedecerle y Ciro no lo pensó dos veces, mandó que lo ataran y le azotaran. Éste, nada más que se vio libre marchó llorando y a la carrera a contárselo a su padre que era uno de los hombres importantes entre los medos y éste viendo el estado en que se encontraba su hijo fue a quejarse al rey.

Astiages le escuchó y ordenó que trajeran a su presencia al pastor y a su hijo y cuando llegaron a su presencia le preguntó al niño porqué se había comportado de esa manera y el niño le respondió que a él le habían nombrado rey y que por eso todos los niños tenían que obedecerle y ese no lo había hecho y él como rey tenía que imponer su autoridad. Y plantándose con orgullo frente a él le dijo: si crees que merezco castigo por ello, aquí me tienes.

Muy impresionado el rey por este comportamiento tan poco usual en un pastor empezó a darse cuenta de que el niño le parecía que tenía rasgos conocidos y echando cuentas llegó a la conclusión de que la fecha de nacimiento de este niño coincidía con la orden de matar a su nieto, así que mandó a los niños que se retiraran y se quedó a solas con el pastor y aunque este al principio insistió en la veracidad de su historia al final y después de darle tormento acabó por confesar la verdad.

Llegó entonces la hora de la venganza. Mandó llamar a Hárpago y le interrogó y éste decidió contarle la verdad aunque un tanto adornada para salvar su propio pellejo. El rey escuchó en silencio y sólo al final le dijo: Me alegro que el niño no haya muerto, así que envíame a tu hijo para que haga compañía a mi nieto y tú ven a comer conmigo porque voy a hacer un sacrificio a los dioses para agradecerles la salvación del niño.

Hárpago marchó feliz a su casa y ordenó a su único hijo, que tendría unos trece años, que se dirigiera al palacio y él muy contento le contó a su esposa lo ocurrido y la gran suerte que había tenido de salir bien parado de la desobediencia de las órdenes del rey.

Una vez que el niño llegó al palacio, Astiages ordenó que lo degollaran y lo descuartizaran, que asaran unos pedazos y cocieran otros preparando un festín. Lo único que no utilizaron fue las manos, los pies y la cabeza que ordenó meterlos en una canasta. Una vez que hubieron terminado de comer Astiages le preguntó a Hárpago si le había gustado la comida y éste respondió que mucho, entonces los criados que ya habían recibido órdenes del rey le presentaron la canasta tapada con un mantel y le invitaron a descubrirla y tomar lo que quisiera.

Quizás la reacción de Hárpago no fue la esperada pues sin perder la calma le contestó al rey que la carne que había comido le había agradado mucho lo mismo que todo lo que el rey hacía y recogiendo la canasta se marchó a su casa y se supone que allí sepultó los restos de su hijo.

Volviendo a Ciro, su abuelo decidió contarle la verdad y lo envió a Persia para que se reencontrara con sus verdaderos padres en donde fue muy bien recibido. ¿Verdad o leyenda o una mezcla de ambas?. Posiblemente nunca lo sabremos.

sábado, junio 21, 2008

De los presuntos jardines de la igualdad… de las presuntas prisiones de la lingüística

Últimamente parece que los eufemismos y las cuestiones semánticas se han puesto de moda. Y en estas consideraciones, agotamos energías y recursos porque los problemas de fondo, no se resuelven con salidas semánticas. La igualdad no se consigue con palabras, si no con hechos. Más que innovar, convirtiendo el lenguaje en el arte de decir una cosa y hacer lo que se tercie a las circunstancias, en los casos de desigualdad y discriminación habría que aplicar la ley, no el Diccionario de la Real Academia. Es absurdo que nos disputemos campos semánticos, cuando el problema no es una simple cuestión de formas (que también son importantes) si no de fondo, de simple sentido común. Por lo tanto sobran los discursos floreados, el intento de cambiar la gramática, las canciones protesta y demás algaradas.

Sobre esta manía que tanto se lleva ahora de buscar el femenino a toda palabra que cae a la mano, lo mejor es consultar el Diccionario panhispánico de dudas, que entre otras muchas cosas dice así:

Uso del masculino en referencia a seres de ambos sexos.

2.1 En los sustantivos que designan seres animados, el masculino gramatical no solo se emplea para referirse a los individuos de sexo masculino, sino también para designar la clase, esto es, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos.

Ejemplo: Los hombres prehistóricos se vestían con pieles de animales.
En mi barrio hay muchos gatos, (de la referencia no quedan excluidas ni las mujeres prehistóricas ni las gatas).

Esta es la forma lingüística de expresarse correctamente, pero hay políticos que queriendo agradar a algún sector y empleando innecesariamente palabras de más, deciden por su cuenta y razón hacer modificaciones empleando sin necesidad alguna el femenino y masculino sin importarles un pimiento que en los colectivos mixtos se emplea el masculino y esto no significa que se quiera menospreciar al sexo femenino.

El gobierno actual está empeñado en congraciarse con las mujeres y para ello decide entre otras cosas emplear la paridad, tantos hombres, tantas mujeres a la hora de elegir ministros o la hora de formar las listas electorales, cosa que en el fondo no tiene por que ser buena porque lo que le importa al ciudadano de a pie es que los ministros estén preparados para atender bien su ministerio y no cual sea su sexo.

Otro error que veo es eso de “la discriminación positiva”. Si se pretende luchar contra la discriminación que durante tanto tiempo sufrieron las mujeres, no se puede pasar ahora a hacer una discriminación contra los hombres para beneficiarlas a ellas. Lo que tiene que existir es igualdad en derechos y obligaciones para ambos.

Y ahora el gobierno se descuelga con otra perla, la creación de un ministerio específico que pomposamente llama Ministerio de Igualdad que describe en la página de la Moncloa de esta manera:

Corresponde al Ministerio de Igualdad la propuesta y ejecución de las políticas del Gobierno en materia de igualdad, lucha contra toda clase de discriminación y contra la violencia de género. Le corresponde, en particular, la elaboración y el desarrollo de las actuaciones y medidas dirigidas a asegurar la igualdad de trato y de oportunidades en todos los ámbitos, especialmente entre mujeres y hombres, y el fomento de la participación social y política de las mujeres.

Desde mi punto de vista, no es necesario este Ministerio porque todo lo que en él se pretende se puede llevar a cabo, sin más gastos para los españoles, desde cualquiera de los demás ministerios ya existentes para que trabajo, derechos laborales como mismo sueldo a igual trabajo, derecho a la sanidad, amparo de la justicia, igualdad de oportunidades y derechos sociales, etc. sean iguales para todos y ahorrarse las tonterías de buscar el femenino de todas las palabras existentes y algunas nuevas y si se quiere que la justicia actúe como debe de ser en relación al maltrato de la mujer buscar soluciones justas y no como esa “orden de alejamiento” que está demostrado que no vale para nada porque ¿cómo alguien con dos dedos de frente se va a creer que una persona que incumple la ley al maltratar a una mujer va a cumplir la orden de alejarse de esa mujer?.

Además todo este lío de emplear el masculino y femenino a discreción lleva a errores en los mismos que lo promueven. En la página de La Moncloa por ejemplo se puede leer:

MINISTROS Y MINISTRAS y allí se encuentran las fotos de ambos y justo debajo CONSEJO DE MINISTROS, ¿quiere esto decir que al Consejo sólo asisten los ministros y no las ministras?, pues no, sencillamente que como especifica la Real Academia de la Lengua en el colectivo ministros figuran los de ambos sexos y si esto vale para referirse al consejo, también vale para todo lo demás.

Así que dejémonos de florituras y procuremos usar el lenguaje y sus reglas lo mejor posible sin querer modificarlo para emplearlo como reclamo político. La situación de la mujer en nuestro país desgraciadamente no alcanzó todavía la igualdad con el hombre, pero esa igualdad no se va a conseguir con juegos de palabras sino haciendo cumplir la Constitución que dice que todos somos iguales.

sábado, junio 14, 2008

El sitio de Zaragoza

No, no me voy a referir a ese sitio que se puso a Zaragoza durante la Guerra de la Independencia y que es tan conocido sobre todo por alguna de sus heroínas tan famosas. Zaragoza, ciudad de gran importancia a lo largo de la historia, fue codiciada muchas veces y hoy nos remontaremos al año 541 en el que fue sitiada por los francos.

Nos adentraremos en una época en la que resolver los problemas con el asesinato era algo que estaba al cabo del día, sobre todo si el problema era el sentarse en el sillón de mandar y colocarse la corona en la cabeza. Y así fue como por medio del asesinato, Teudis, ostrogodo él, quitó de en medio a Amalarico convirtiéndose en el rey de los visigodos que habitaban en suelo hispano. No fue un mal rey para lo que había en aquel entonces, luchó por la integración de los visigodos con la población hispano-romana y se tuvo que enfrentar a los bizantinos que tenían mucho empeño en instalase en el sur de Hispania. Estos ataques propiciaron que Teudis trasladara la capital que hasta entonces estaba en Barcino (Barcelona) a Emérita Augusta (Mérida) para estar mas cerca a la hora de rechazar los ataques bizantinos.


Pero al pobre se le multiplicaban los atacantes ya que por el norte los inquietos francos decidieron organizar una excursión dirigida por los reyes Childeberto I y Clotario I hacia tierras de Hispania y cruzando los Pirineos, entraron en Navarra y conquistaron Pamplona y contentos con esta victoria se dirigieron a Zaragoza con las mismas intenciones. Saquearon la región todo lo que pudieron y durante cuarenta y nueve días sitiaron a la ciudad. Cuentan que sus habitantes viendo lo que se les venía encima decidieron hacer lo único que podían que era rezar, así que salieron en procesión llevando la túnica del mártir San Vicente, dando una vuelta alrededor de la muralla en actitud penitente rezando todo lo que sabían y lo que no sabían se lo inventaron y dicen que esto impresionó tanto a Childeberto que levantó el sitio temeroso de que le cayese encima un castigo divino.

Bien, no se si salieron en procesión o no, pero lo que no me creo es que ni Childeberto ni Clotario se impresionaran por un castigo divino teniendo en cuenta los “pecadillos” que llevaban a sus espaldas, como por ejemplo el asesinato de sus sobrinos Teodobaldo y Gunthar hijos de su fallecido hermano Clodomiro con la intención de quedarse con sus tierras. El único que se libró fue su sobrino Clodoaldo porque puso pies en polvorosa y decidió de pronto que su vocación era la eclesiástica y no le salió mal al chico porque al final incluso le nombraron santo con el nombre de Saint Cloud.

Es mucho mas creíble que los merovingios se enteraran de que los pasos fronterizos habían sido tomados por los visigodos al mando de Teudiselo, general de Teudis y también ayudó a la decisión de largarse el que los poco amistosos vascones les estuvieran vigilando con no muy buenas intenciones. En el viaje de vuelta a sus tierras perdieron muchas vidas y mucho botín, pero al parecer lograron llevarse la túnica de San Vicente y para albergarla hicieron construir a las afueras de París un monasterio que más tarde sería conocido como St. Germain-des-Prés.

Una vez desaparecidos los francos Teudis siguió reinando, siguió luchando por la integración de hispanos y godos y su reinado duró diecisiete años, pero de esta lucha con los francos hubo una persona que salió muy reforzada, Teudiselo, que gracias al asesinato de Teudis pudo convertirse en el siguiente rey de los godos, siguió con la obra de su antecesor y dados los problemas que existían en el sur decidió instalar la corte en Sevilla. Pero como todos los ídolos, tenía los pies de barro y así como era muy bueno a la hora de guerrear, a la hora de gobernar se relajaba bastante debido a sus dos aficiones: mujeres y vino. En el transcurso de un banquete alguien decidió que ya había reinado bastante y le dio el pasaporte para el otro mundo, ¿quién?, quizás los nobles, tal vez Agila su sucesor o tal vez los maridos burlados por el coqueteo del rey a sus esposas.

La verdad es que puñalada arriba o abajo, así murieron una buena parte de los reyes godos.

sábado, junio 07, 2008

Pero, ¿qué fue lo que hicieron?

John Martin (1789-1854)

Y dijo Yahvé: “El clamor de Sodoma y Gomorra ha crecido mucho, y su pecado se ha agravado en extremo; voy a bajar, a ver si sus obras han llegado a ser como el clamor que ha venido hasta mí, y si no, lo sabré”.

---------------------

Dijeron a Lot: “Todo cuanto tengas en esta ciudad, sácalo de aquí, porque vamos a destruir este lugar, pues es grande su clamor en la presencia de Yahvé, y éste nos ha mandado para destruirla”.

--------------------

E hizo Yahvé llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego desde el cielo. Destruyó esas ciudades y cuantos hombres había en ellas.

--------------------

Si echamos un vistazo a lo que sucede en nuestro entorno casi parece que vivimos en un mundo que si no idílico, al menos parece tranquilo y pacífico. Pero si ampliamos el campo de visión y prestamos atención a lo que sucede sobre la capa de la tierra, uno llega a enterarse de cosas como estas que nos muestran lo malo que el género humano puede llegar a ser:

Que miles de niños son utilizados en conflictos armados obligándolos a matar, a espiar, a saquear y a avanzar sobre campos minados como detectores humanos, sin olvidar que también, sobre todo las niñas, son obligadas a servir como esclavas sexuales sufriendo todo tipo de abusos y si se quedan embarazadas se las expulsa porque ya no sirven y sus familias no las admiten de nuevo en el hogar.

Que miles de galgos son asesinados todos los años en nuestro país de forma brutal. Unos ahorcados por el sistema del “pianista” (tocando el suelo con las puntas de las patas traseras para alargar su agonía), inyectados con lejía, arrojados a un pozo con un palo atravesado en la boca, apaleados o quemados vivos. Y esto lo hacen sus dueños a los que estos perros fueron fieles.

Que multitud de personas se mueren de hambre en el mundo mientras otros se gastan millones en fiestas y lujos no necesarios y por si esto fuera poco, los países ricos, muchos de los cuales lo son por explotar las riquezas de los países pobres, han reducido significativamente las ayudas a estos países.

Que si antes había trata de blancas para que sirvieran de carne fresca en los prostíbulos, ahora esa trata se convierte en tráfico de personas de todo sexo y edad no sólo con vistas a la prostitución si no para algo que ahora prolifera cada vez más, la venta de órganos para que gente que necesita un trasplante y tenga suficiente dinero no tenga que esperar la vez para recibir el órgano necesario a costa de quitárselo por la fuerza a otras personas.

Que millones de personas se mueren de sed mientras otras despilfarran el agua alegremente.

Que la especulación que se lleva a cabo para mantener o subir los precios de los alimentos lleva incluso a destruirlos en lugar de donarlos a los países cuyos habitantes se mueren de hambre.

Que todos los años se matan, en muchos casos de forma brutal, a miles de animales para quitarles sus pieles y no porque la gente tenga frío y quiera protegerse con ellas a falta de otro tipo de abrigo, no, sólo como signo de riqueza y estatus social.

Que existe la limpieza étnica, el genocidio, el exterminio, el racismo, la tortura, el terrorismo, las guerras, la esclavitud, los asesinatos por los motivos más variados, las violaciones, la especulación, la malversación de bienes públicos, los robos y todo tipo de maltrato hacia las personas, los animales y las plantas……………

Maldades, abusos y atropellos que hoy en día se cometen cada vez en mayor cantidad y con mayor violencia y sin embargo no nos llueve azufre y fuego. Por eso me pregunto:

¡Dios mío!, ¿qué fue lo que hicieron los habitantes de Sodoma y Gomorra para merecer ese castigo?.

domingo, junio 01, 2008

El Cid viajero

Leo en lne.es la siguiente noticia: “El Cid y doña Jimena retornan a España”. ¡Caramba! me digo, ¿será que el Cid resucitó y vuelve a sus correrías o será que yo viajé en el tiempo sin darme cuenta y estoy inmersa en la época cidiana?. Me calo bien las gafas y leo la letra menuda y mi primera sorpresa cambia, no es que el Cid y su esposa estuvieran de viaje por Europa, ni que yo viajara en el tiempo, no, la noticia se refería a un trozo del cráneo de el Cid y a un trozo de fémur de su señora que residían en el extranjero. Esto todavía me intriga más porque ¿cómo llegaron esos huesos tan lejos, concretamente hasta la República Checa?.

En estos casos la curiosidad me puede y como una ratita de biblioteca moderna me afano en rebuscar información no sólo en los libros como tengo por costumbre, si no también en Internet y esto es lo que pude averiguar:

Cuando nuestros amigos franceses decidieron conquistar España lo hicieron con entusiasmo, pero dejaron en Francia esa educación y buenas maneras que se les supone, así que entre otras muchas gracejadas que realizaron en nuestro país y un tanto cabreados por la poca colaboración de los lugareños que no se querían dejar dominar por pueblo tan culto, decidieron cargarse muchas de las tumbas que encontraban en iglesias y monasterios esparciendo los huesos y quedándose con joyas o cualquier otra cosa interesante que se encontrara entre los restos de tan importantes personajes.

El Monasterio de San Pedro de Cardeña no se libró del vandalismo y una de las tumbas profanadas fue la que contenía los restos de El Cid y su esposa doña Jimena. Los mandamases franceses que sabían un poco más de política que la tropa, se dieron cuenta que los huesos de este personaje tan famoso y querido no podían ser tratados como los de otro personaje menos popular, así que decidieron que para limar asperezas enterrarían los restos del el Cid en la catedral de Burgos con la pompa necesaria en señal de buena voluntad, pero en aquel revoltijo de huesos era difícil atinar, así que con cara de entendidos y como si hubieran recibido una revelación divina cogieron unos al azar sin saber que dos listillos compatriotas habían pasado primero y también hicieron acopio de huesos para llevárselos a Francia como souvenir “tipical hispanis”. Se trataba del conde de Salm-Dick y el barón del Delamardelle.

Y como suele suceder, después del viaje toca repartir los souvenirs y el conde de Salm-Dick decidió regalarle a su amigo el príncipe alemán Carlos Antonio de Hohanzollern-Sigmaringen los huesos del El Cid y Jimena y este los recibió encantado para colocarlos entre sus colecciones de cosas curiosas y no es difícil creer que este príncipe o alguno de sus descendientes decidiera a su vez regalarle algún trocillo óseo de tan ilustres personajes españoles a la familia Metternich de origen alemán que residían en lo que hoy se conoce como República Checa, concretamente en el palacio de Kynzvart en donde orgullosos los exhiben a los visitantes sobre todo si estos son españoles, quizás pensando que nos puede hacer ilusión encontrarnos en lugar tan lejano de la patria con unos huesinos de nuestros antiguos compatriotas.

No se si al final los huesos regresarán a España o no, ni si serán estudiados con los métodos modernos de hoy en día para conocer si en realidad pertenecen a quien se supone que pertenecen, pero no sería extraño que al final se descubriera que menos que a Rodrigo Díaz de Vivar y a Jimena, podían pertenecer a cualquiera. Pero de ser cierto, seguro que a Don Rodrigo y señora ni se les hubiese pasado por la cabeza que sus huesos serían exhibidos en tan lejano lugar, por mucho que el Cid fuera un consumado correcaminos.