El rincón de Leodegundia

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viernes, abril 27, 2007

Partidarios

Uno de los significados de partidario es: adicto a una persona o una idea. Se supone que los partidarios defienden y apoyan a esa persona para elevarla y colocarla en un puesto o empleo honorífico, mejorando su condición social o política, pero por desgracia, para algunas de esas personas, son precisamente sus partidarios los que les arrastran a una caída estrepitosa e incluso a la muerte, tal es el caso de Jane Grey.

Situémonos en la Inglaterra de 1547. El rey Enrique VIII, el de las seis esposas, muere el 28 de enero dejando tres hijos, María, hija de su primera esposa Catalina de Aragón; Isabel, hija de su segunda esposa Ana Bolena; y Eduardo, hijo de su tercera esposa, Jane Seymour. En este caso, la decisión para nombrar heredero no fue difícil al tener un hijo varón.

El problema vino cuando, dada la mala salud de este heredero que subió al trono como Eduardo VI, muere a los 15 años sin hijos, por lo que hay que revisar la línea de sucesión para conocer quien va a llevar la corona, las candidatas son todo mujeres y en este orden:

Su hermana María
su hermana Isabel
su prima Frances Brandon
y Jane Grey, la hija de la anterior.

Y aquí empiezan los problemas, por un lado el religioso, entre protestantes y católicos, Eduardo VI era protestante y su hermana María la siguiente en la línea de sucesión, católica. Por otro lado, el duque de Nortumberland que había ejercido como regente durante la minoría de edad de Eduardo acumulando un gran poder, no quería ni perder ese poder ni que una católica subiera al trono por miedo a que se relegara el protestantismo a favor del catolicismo. Así que viendo que al rey le quedaba poco de vida, trabaja a favor de su propia familia convenciendo a Eduardo de que desherede a sus dos hermanas por considerarlas hijas ilegítimas de Enrique VIII, pasando a ser Frances Brandon la heredera. Pero la cosa no queda aquí, el duque convence también a Frances para que renuncie al trono a favor de su hija Jane a la que hacía poco había casado con su hijo menor Guilford Dudley, de ese modo él no perdería poder y su hijo sería rey.

Tres días después de la muerde de Eduardo VI, varios representantes de la nobleza se reúnen y le comunican a Jane su acceso al trono, ella duda en un principio pero termina por aceptar y el día 10 es proclamada reina de Inglaterra. Pero poco le duró su reinado, concretamente nueve días porque se produjo una rebelión popular a favor de la princesa María produciéndose no sólo el cambio de reina, Juana fue conducida a la Torre de Londres, el duque de Northumberland fue ejecutado el 23 de agosto y Frances y su esposo fueron arrestados aunque a los pocos días María dio orden de liberarlos.

Jane Grey fue muy bien tratada en la Torre y quizás no le hubiera pasado nada de no ser por sus partidarios encabezados esta vez por Thomas Wyatt, que en enero de 1554 organizó una sublevación contra María Tudor con la intención de restaurar a Jane Grey, pero la sublevación fracasó y aunque Jane no tuvo nada que ver fue considerada lo suficientemente peligrosa como para quitarla de en medio y el día 12 de febrero de 1554, a los 16 años fue decapitada al igual que su marido.

Por es creo yo, que hay que tener mucho cuidado con los partidarios, pues muchas veces actúan por su cuenta y quizás mirando más a sus propios beneficios que a los de la persona a la que dicen seguir y por la que se supone que luchan.

viernes, abril 20, 2007

Leyenda de la catarata

En el artículo anterior comenté que Álvar Núñez Cabeza de Vaca había descubierto las cataratas del Iguazú y creo que sería buena cosa rematar ese artículo con la leyenda de cómo se formaron dichas cataratas.

A orillas del Iguazú tenían sus poblados los indios caigangues que vivían felices en las fértiles tierras bañadas por el río en dónde habitaba el dios Mboi, hijo de Tupá. Este dios que tenía aspecto de monstruosa serpiente, sólo les exigía como pago por su protección que una vez al año le fuera entregada una bella joven que debía de ser arrojada al río para que viviera solamente para su culto.

Esta ceremonia era muy importante para la aldea y por eso, el día señalado para la ofrenda, se celebraba una gran fiesta a la que eran invitadas las tribus vecinas. Un año fue elegida para el sacrificio la hija de Igobi, el cacique de la aldea, una hermosa joven llamada Naipí de la que se decía que cuando se asomaba al río éste se detenía para contemplar su belleza, quizás por eso Mboi estaba tan satisfecho con la ofrenda. Pero las cosas se iban a complicar un poco pues al frente de una de las tribus invitadas llegó un apuesto muchacho llamado Tarobá que al ver a la joven quedó prendado de su belleza hasta el punto de que decidió hablar con el padre de Naipí y con los ancianos de la tribu para salvar a la joven. Pero éstos no se dejaron convencer, la ofrenda era digna del dios y sería entregada.

Tarobá no se rindió y pensó que sólo la podría salvar si la raptaba, así que esperó a que la fiesta estuviera en su momento mas intenso y mientas el hechicero y los caciques bebían cauim (bebida hecha con mandioca o maíz fermentado) y los guerreros danzaban, él tomó a Naipí de la mano y la condujo a una canoa que tenía preparada en el río. Nadie se dio cuenta de la desaparición de la pareja, nadie excepto Mboi, que desde el río observaba la fiesta en la que le sería ofrecida la joven.

Tarobá impulsaba la canoa río abajo ayudado por la corriente, pero Mboi que estaba furioso comenzó a perseguirlos y su cólera fue tal que penetró en las profundidades de la tierra logrando que el curso de río se rompiera en dos partes, una se elevó a gran altura y la otra se hundió produciendo que el agua al caer formara una gran catarata que arrastró la canoa en donde viajaban los enamorados.

Pero esto no suavizó la furia de Mboi, no le bastaba con que ambos murieran, deseaba para ellos un gran castigo que durara eternamente, así que transformó a Tarobá en un árbol que nació inclinado sobre las aguas como queriendo alcanza a Naipí que a su vez fue convertida en una roca situada en el centro del río justo en el lugar en donde cae con más fuerza el agua de la cascada, luego él se adentró en una gran cueva para poder vigilarlos e impedir que se unieran de alguna manera.

Pero la fuerza del amor siempre intenta que dos corazones que se aman puedan en algún momento unirse y por eso, en días en que el sol luce con intensidad, surge un arco iris que enlaza al árbol con la roca permitiendo que durante un momento los amantes se encuentren a pesar de la oposición de Mboi.

domingo, abril 15, 2007

Conquista sin gloria

Cuando se piensa en los conquistadores españoles se suele tener la visión de unos hombres ataviados con coraza, espada y morriones emplumados, llenos de valor y orgullo, vencedores que plantan sus reales en tierras hasta entonces desconocidas y toman posesión de ellas en nombre del rey, convirtiéndose en unos héroes que además encuentran la fortuna en esas tierras. En muchos casos la imagen se podría decir que es bastante exacta, pero no todos los que se embarcaron hacia América en busca de fortuna y gloria lo consiguieron y este es el caso de Álvar Núñez Cabeza de Vaca.

Álvar nació en Jerez de la Frontera en 1490 en el seno de una ilustre familia y como muchos de los de su época, decidió embarcarse para participar en una expedición a América, él concretamente en la organizada con vistas a la conquista de Florida. Dicha expedición iba bajo el mando de Pánfilo de Narváez y estaba compuesta de cinco bajeles bien abastecidos que parten el 17 de junio de 1527 del puerto de Sanlúcar de Barrameda otorgándole a Álvar el puesto de tesorero y alguacil mayor.

El viaje hasta Santo Domingo fue bueno y sin ningún acontecimiento digno de mención, pero a partir de entonces las cosas empezaron a torcerse comenzando por la deserción de ciento cincuenta hombres que deciden quedarse en Santo Domingo siguiendo los consejos de los colonos allí establecidos. Enojado, Pánfilo de Narváez contrata nueva gente para seguir viaje hacia Cuba y en el trayecto se produce una conversación en la que Doña Ana, esposa de uno de los oficiales, revela a Álvar y a fray Juárez una predicción que le hizo una mora de Hornachos en la que aseguraba que esa expedición no traería mas que desgracias.

Las naves llegaron a Cuba pero era necesario reponer provisiones antes de continuar el viaje y un amigo de Pánfilo de Narváez le ofreció víveres que tenía en el puerto de Trinidad. Al principio se pensó en enviar allí toda la expedición, pero al final sólo fueron dos navíos en el segundo de las cuales iba Álvar como alguacil mayor. Y aquí empezaron las desgracias, se desató una gran tormenta que entre otras cosas mandó a pique a las dos naves, salvándose solamente dos de sus ocupantes y los hombres que habían desembarcado.

Quizás fue este el primer momento en que Álvar recordó las predicciones de la mora de Hornachos, aunque seguro que a lo largo de toda sus estancia en tierras americanas las recordaría muchas más veces, pero no estaba dispuesto a renunciar tan pronto, ni Narváez tampoco, así que tres meses después de este primer golpe de mala suerte la expedición volvió a estar en marcha, se adquirió un nuevo navío y toda la flota se dirigió a Xagua, uniéndose a la expedición un piloto, Diego Miruelo, que afirmaba conocer bien la navegación del golfo de Méjico. Además Narváez tenía apalabrado con Don Álvaro de la Cerda un bergantín, con cuarenta hombres y doce caballos que se les uniría en La Habana.

Parecía que las cosas estaban bien encaminadas, pero no, las desgracias no habían hecho más que empezar. De nuevo las tormentas se les ponen en contra, embarrancan en los bajíos de Canarreo y cuando logran salir, dos nuevas tormentas les vuelven a golpear, una en Guaniguanico y otra al doblar el cabo de Corrientes, y cuando están a punto de entrar en La Habana un fuerte golpe de viento les cambia el rumbo y los lleva a La Florida. La verdad es que era allí a dónde tenían pensado ir, pero nunca se imaginaron que sería el viento el que tomara la decisión de en que momento. Narváez desembarca y sin perder tiempo toma posesión de la tierra para la Corona de España, pero esta tierra que no debía de estar de acuerdo, no hizo más que poner impedimentos ayudada por la poca valía y preparación de los expedicionarios, veamos:

El que decía ser piloto experto demostró no tener ni idea y aunque buscó un puerto de abrigo que decía conocer, el puerto no apareció.

Narváez, haciendo honor a uno de los significados de su nombre (Pánfilo=bobalicón), adopta, en contra de los sensatos consejos de Álvar, la decisión de enviar una nave a explorar y en caso de encontrar puerto que se dirigiera a La Habana en donde esperaba el bergantín. Al resto de los barcos los envió a buscar un lugar menos peligroso donde poder echar el ancla, mientras él con unos cuantos se internaría en el territorio, pero sin pensar que las provisiones que llevaban era muy escasas y como no tenían idea de a dónde dirigirse, el camino fue elegido al azar y este camino los llevó a un poblado en dónde encontraron los cadáveres momificados que posiblemente pertenecieran a la expedición de Ponce de León.

Las provisiones se acaban y los expedicionarios terminan por comer raíces y todo aquello que les pareciera comestible, llegando incluso al canibalismo, lo que no les proporciona ni muchas fuerzas ni muchos ánimos y para rematar, se dan de frente con unos indios poco amigables que los recibieron con piedras y flechas, ganan el primer combate, pero terminan por ser hechos prisioneros.

Los conquistadores fueron conquistados y reducidos a la esclavitud, muchos murieron al intentar escapar porque no lo tenían fácil, no conocían el territorio y no disponían de provisiones, pero Álvar tomó la decisión más sensata en aquellas circunstancias, someterse a los indígenas y no dejarse llevar por la desesperación. Aprendió varias lenguas, realizó una especie de comercio cambiando productos entre la costa y el interior, recorrió grandes extensiones de aquel territorio que le llevó a conocerlo bastante bien, e incluso ejerció como médico o curandero teniendo mucha suerte en esto porque lo único que hacía era soplar y santiguar a los enfermos y rezar. Supongo que Dios se apiadó del empeño que tuvo este hombre por sobrevivir y no se le murieron los enfermos gracias a lo cual su fama creció en la región llegando incluso hasta Arizona y Nuevo México en dónde por fin y después de muchos años contactó con los españoles. Sus andanzas duraron nueve años que supongo le parecerían nueve mil pero que le permitieron ser uno de los grandes exploradores del continente americano.

Por azares del destino, se convirtió en gobernador del Río de la Plata, en lo que hoy es Paraguay, organizando nuevas expediciones en las que descubrió las maravillosas cataratas del Iguazú, pero esto de gobernar y explorar por lo que se ve no era lo suyo y debido a un motín fue depuesto. Regresó a España cansado y pobre, pero aún así no se rindió, decidió escribir sus vivencias en un libro titulado “Relación de los náufragos” y otro con el título de “Comentarios” sobre sus años de gobierno en el Paraguay.

Y es curioso, después de haber pasado por tantos peligros, naufragios, grandes tormentas, esclavitud, hambre y supongo que enfermedades, la causa de su muerte fue su avanzada edad, setenta años, que en aquella época no eran pocos.