El rincón de Leodegundia

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viernes, octubre 28, 2005

El misterio de la casulla

En el año 607, nace en Toledo Ildefonso, el que con el paso de los años llegaría a ser santo. Fue educado en la escuela isidoriana de Sevilla, manifestándose muy pronto su vocación monástica, pero sus padres que pertenecían a la nobleza, se opusieron desde un principio a su vocación, motivo por el cual huyó del hogar buscando refugio en el monasterio de Agali en donde vistió el hábito de San Benito. Muy pronto destaca por su entrega al estudio, su ansia de saber y sus escritos profundos y razonados entre los que destaca el “Libro de la Virginidad de María”. Llega a ser abad del monasterio y su fama de sabio, su prudencia y su clarividencia le llevan a ser el elegido para sustituir al fallecido arzobispo de Toledo, ceremonia que se celebra el 26 de noviembre del año 657.

Una noche de diciembre, acompañado de algunos clérigos, se dirigió a la iglesia para la celebración de un oficio y al llegar se encontraron con un resplandor que la iluminaba por completo, su luz era tan intensa, que todos huyeron asustados menos Ildefonso que con gran serenidad se dirigió hacia el altar y allí descubrió a la Virgen María rodeada de ángeles, vírgenes y santos que entonaban cantos celestiales. La Virgen le hace seña de que se acerque y sonriéndole al tiempo que le agradece la defensa que de ella hace, le entrega una casulla traída de los cielos, dándole instrucciones para que la use solamente en los días dedicados en su honor. Desaparecida la visión, queda en sus manos la vestidura celestial.

De la importancia que tuvo esta historia dan fe la cantidad de artistas famosos que plasmaron en sus cuadros la escena de la entrega de la casulla a San Ildefonso, como por ejemplo: Juan Valdés Leal, Diego de Velázquez, Murillo, Juan de las Roelas y Andrés de Islas.

En la literatura también se ve reflejado, véase si no en el libro “Los milagros de Nuestra Señora” de Gonzalo de Berceo cuando escribe:


Fízoli otra graçia qual nunca fue oida,
Dioli una casulla sin aguida cosida,
Obra era angelica, non de omme texida,
Fabloli poccos vierbos, razon buena complida

Amigo, dissol, sepas que so de ti pagada,
Asme buscada onrra, non simple, ca doblada:
Feçist de mi buen libro, asme bien alabada,
Feçistme nueva festa que non era usada.

Nos remontaremos ahora a unos años atrás cuando los persas mandados por Cosrroes II en el 614 invaden Tierra Santa y conquistan Jerusalén. El obispo de esta ciudad y sus sacerdotes, escondieron el Arca de las Reliquias (que se guardaba ya desde los tiempos de los apóstoles) y que fue acrecentándose con nuevas reliquias desde entonces. Con la entrada de Cosrroes en Jerusalén, el obispo pasó a África llevándose el Arca de las reliquias, allí estuvo algún tiempo pero como no era sitio seguro, decide traerlas a España donde, después de un largo viaje, se dispuso enviársela al obispo de Sevilla. Mas tarde, San Isidoro consiguió llevar el Arca consigo cuado fue nombrado obispo de Toledo. Dado que la invasión musulmana continuaba su avance, se decidió intentar ponerla a salvo llevándola al norte, concretamente a Asturias, primero escondida en una cueva en el Monsacro y luego por orden de Alfonso II el Casto se trasladaron a la Capilla del palacio dedicada a San Miguel. Hay que decir que cuando traen las reliquias, se incluye en ellas la casulla y se transporta también el cuerpo del santo, que por alguna razón que desconozco, dejan en Zamora. Que la casulla venía en el Arca, da cuenta el Obispo Don Pelayo en una relación que hace de las reliquias que se guardan en la misma. Un poco más tarde, también lo hace el Obispo Don Gutierre de Toledo, pero luego desaparece de los catálogos y solo queda en el recuerdo. El Arcediano de Tineo, Marañón de Espinosa, Primer Rector de la Universidad y cronista de la catedral, dice a principios del siglo XVII con relación a la casulla: “Sólo sabemos que quedó dentro del arca, cuando se verificó el reconocimiento oficial de ésta en tiempos de Alfonso VI, la preciosa vestidura que Nuestra Señora trajo del cielo a su capellán San Ildefonso, que no sabemos si fue alba o casulla porque la cédula no decía sino vestimento sin declarar más”.

La iglesia de Toledo escribe el 13 de junio de 1575 al Cabildo de Oviedo, encareciendo la gran devoción que allí tienen a esta iglesia de Oviedo “por estar aquí la casulla de San Ildefonso”. Y el 10 de abril de 1587 se lee una carta del Arcediano de Babia desde Madrid, que dice entre otras cosas: “tengan cuenta con el recado de la Cámara Santa porque tratan de pedir la casulla de San Ildefonso”.

Existe también una carta escrita por el Padre Sebastián Sarmiento de la Compañía de Jesús al Padre Francisco Portocarrero de la misma Compañía sobre el reconocimiento de la casulla de San Ildefonso por cuatro señores Obispos a finales del siglo XVI, que se conserva en el Archivo de la Santa Iglesia de Toledo. Reproduzco la carta porque creo que tiene interés:

Huélgome que V.R. me mande, aunque sea de tarde en tarde cosas de su servicio, y más en honra de la Virgen Santísima, de cuya casulla diré lo que me acuerdo.
Es verdad que yo estaba en Oviedo al tiempo que se abrió aquella Arca grande que está en medio de la Cámara Santa. La ocasión de abrirse fue la Consagración del Señor Obispo Don Pedro Junco de Posada, natural de Llanes, hijo de Juan de Posada y María Alfonso Díez de Noriega, que por ser junto de Oviedo quiso consagrarse de mano de su Obispo Don Pedro de Quiñones. (
Creo que el nombre correcto era Diego y no Pedro)
A la Consagración vino Don Juan Alonso de Moscoso, Obispo de León y el de Galípoli D.N. Quinteros que era a la sazón Abad de Santander.
Teniéndolos juntos un día Don Pedro de Quiñones dijo a los dichos Prelados que pues se hallaban cuatro, cosa que no sucedería quizás otra vez hasta el día del Juicio, que probasen con toda la reverencia posible, abrir ellos solos y el que tenía las llaves de la Cámara Santa, aquella Arca para saber el magnífico tesoro. Al fin los convenció a que si y, prevenidos con ayunos y oraciones, después de Consagrado el de Salamanca, con todo el secreto posible, se juntaron los obispos y Canónigos que tenía las llaves y después de haber abierto la primer arca que es grande, hallaron otra menor y otra y otras menores hasta que dieron con un cofrecito muy pequeño, como de un palmo muy largo el cual tenía un rótulo que decía: LA CASULLA QUE NUESTRA SEÑORA DIO A SAN ILDEFONSO. Mucho les espantó, por parecerles casi imposible que allí cupiese una casulla. Abrieron el cofrecillo con muy gran dificultad, tanto que casi estuvieron desahuciados de poderlo abrir y dentro hallaron un cendal de color de cielo en forma de un capuz portugués, tan grande que pudiera cubrir al hombre más alto que hay en España, sin textura ni costura como una tela de cebolla, tan delicado y sutil que con solo el aliento que respiraban se hinchaba como una vela cuando le da recio el viento. Y volviéndola a doblar como estaba, la recogieron en su cofrecito, juramentándose todos que no habían de decir nada a nadie, si no era habiendo salido veinte leguas de Oviedo, y así lo cumplieron.
El Abad de Santander en habiendo salido de las veinte leguas se volvió a dos Canónigos de Santander que le acompañaban y con espanto les dijo: ¿”Es posible que he podido guardar el secreto en el pecho, lo que he visto en Oviedo”?. Y se lo contó; también se lo refirió a los de mi Colegio de Santander muy a la larga. Y el Obispo de Salamanca Don Pedro Junco de Posada contó después lo mismo al Padre Ferrer. Esto es acerca de lo que vuestra reverencia me pregunta.
Sebastián Sarmiento

Volviendo a la casulla, se creyó que estaba escondida aquí en la catedral por temor a que la Iglesia de Toledo la reclamara algún día y surgió la leyenda. Se dijo que estaba en la bola grande de la torre de la catedral, pero se comprobó que no; se dijo entonces que estaba debajo del Arca Santa, pero tampoco; se pensó luego que estaría detrás del retablo de la capilla de San Ildefonso (capilla que desapareció en la voladura de la revolución de 1934), pero allí tampoco estaba y por más que se buscó nunca apareció.¿qué fue de ella entonces?, pues hay muchas posibilidades, a saber:

Que a pesar de “haberla visto” tanta gente, nunca haya existido
Que nunca hubiera sido incluida entre las reliquias que vinieron a Oviedo
Que cualquier persona de las que tuvieron acceso a ella, tanto durante el traslado como en Oviedo, la haya cogido, a saber con que intención.
Que los de Toledo se hayan hecho con ella de alguna manera y la tengan a buen recaudo.
Que cualquiera de las personas que estuvieron presentes al abrir el Arca, en un momento de descuido, se la hayan llevado.

Y podríamos seguir así con un montón de hipótesis más, pero me temo que no llegaríamos a ningún sitio, pero si me gustaría aclarar algo y esto es sólo mi forma de pensar: Si las reliquias fueron traídas a Oviedo para ponerlas a salvo, ¿por qué una vez pasado el peligro no se devolvieron?, yo creo que hubiera sido lo justo. Ya se que en aquellos tiempos cualquier catedral, iglesia o monasterio adquirían fama y por lo tanto atraían a mucha gente dependiendo de lo famosas que fueran sus reliquias, de ahí que el mercado y falsificación de las mismas estuviera a la orden del día (sería un buen tema para otra ocasión). Pero insisto, si alguien te confía algo para que se lo guardes, no te puedes quedar con ello, tienes que devolverlo. En cuanto a la casulla, me temo que pasará a engrosar la lista de misterios sin resolver.

martes, octubre 25, 2005

Goswintha


Si nos asomamos a la época visigoda, nos encontraremos que como casi siempre todos los protagonistas son hombres; sin embargo las mujeres también tuvieron su importancia, unas veces como asesoras, otras como instigadoras, otras muchas como prenda, que por medio del matrimonio, servía para sellar una alianza y todas ellas en su papel de madres y esposas. Pero también hubo algunas que tenían un gran poder y gobernaron con mano de hierro y su fuerte personalidad y su crueldad no tenían nada que envidiar a ningún hombre, es el caso de la persona que hoy nos ocupa, Goswintha.

Por lo que se conoce de ella, nació en el seno de una familia de la aristocracia visigótica hacia el año 525 ó 530. Arriana acérrima, con notables dotes para la política y un gran poder social, hizo lo que se llamaría una buena boda ya que se casó con Atanagildo, magnate de la más encumbrada nobleza visigoda, grupo que tras el asesinato de Theudiselo reivindicó para los suyos el derecho a reinar sobre los godos de España. Sin embargo el elegido como rey fue Agila , pero la corona apenas le duró tres años, porque Atanagildo, esposo de nuestra protagonista, encabezó en Sevilla un levantamiento contra él que desembocó en una guerra civil. Atanagildo solicitó la ayuda del emperador Justiniano que envió una expedición de soldados bizantinos. Al cabo de tres años de guerra, los godos temerosos de que los enviados por el emperador Justiniano aprovecharan la coyuntura para apoderarse de España, asesinaron a Agila (solución rápida y drástica) y reconocieron rey a Atanagildo. Hay quien piensa que Goswintha tuvo mucho que ver en todo esto.

Atanagildo puede ser considerado como el fundador de la monarquía toledana ya que decidió trasladar el poder de la corte a Toledo y desde entonces se la consideró tanto capital como residencia de la Corte. El rey y su esposa tenían dos hijas, Gailswintha y Brunekhilda. El prestigio de la Monarquía española había crecido mucho y el rey Sigeberto I de Austrasia decidió pedir la mano de la hija más joven ya que deseaba para si una princesa que además tenía fama de hermosa, de buenas costumbres y de una agradable conversación. Envió una embajada para pedir la mano de la princesa, Atanagildo se la concedió y la princesa partió para su nueva residencia portando un valiosísimo ajuar. Tras ser instruida por los sacerdotes, abjuró del arrianismo y abrazó la fe católica que era la de su esposo.

Hasta aquí las cosas parece que iban bien, pero no tardaría en llegar la desgracia. Uno de los hermanos de Sigeberto, Chilperico, rey de Neustria y no buena persona, envidioso de la boda de su hermano quiso el también casarse con una princesa y envió a Toledo una embajada para pedir la mano de Gailswintha, comprometiéndose a abandonar a las demás mujeres que compartían su vida. La petición fue aceptada y la princesa partió a su nuevo destino que en realidad la llevaría a la muerte.

El poeta Venancio Fortunato escribe un poema dedicado a esta princesa lleno de dramatismo como si presagiara su triste destino, estos versos los puso en labios de Goswintha:

“Hispania, tan ancha para tus moradores, eres angosta para la madre;
desde que mi hija está ausente, la tierra resulta estrecha para mí;
sin ti – hija mía – me sentiré aquí errante y extranjera;
y en la propia patria seré a la vez ciudadana y proscrita.”

Chilperico recibió a su esposa que siguiendo las costumbres, abrazó la fe católica. Pero muy pronto las relaciones conyugales se crisparon pues Chilperico no cumplió su palabra de romper con las anteriores concubinas. La princesa le pidió entonces que le dejara retornar a España renunciando incluso al ajuar que había llevado, pero su marido la retuvo con engaños hasta que poco más tarde la mandó asesinar por uno de sus servidores. Al poco tiempo el rey se volvió a casar con su amante, Fredegunda la instigadora del asesinato de la princesa.

Venancio Fortunato dedicó en su poema nuevas estrofas a cantar el dolor de Goswintha cuado la noticia de la muerte de la princesa llegó a Toledo y estas son las palabras que puso en boca de la reina:

“Si nuestra luz ya se extinguió, si murió nuestra hija,
¿Por qué, para derramar lágrimas, me retienes aún, vida enemiga?
Erraste en demasía, muerte implacable: cuando debieras haberte llevado a la madre, fue la hija a quien arrebataste.”

Las malas lenguas dicen que no era tal el dolor de la reina y que ni por asomo con la muerte de su hija se le quitaron las ganas de vivir y los hechos que acontecieron después demostraron a las claras que no sólo había conservado su interés por la vida, sino también por el poder político.

Poco después de la muerte de su hija, falleció en Toledo el rey Atanagildo sin dejar sucesión masculina. La lucha por el poder fue tan grande que según San Isidoro estuvo vacante el trono cinco meses, al cabo de los cuales fue elegido Liuva, gobernador de la única provincia del reino emplazada al norte de los Pirineos, pero él no tenía intención de abandonar la Galia, así que después de muchas negociaciones entre los mas poderosos magnates de la nobleza visigoda, Liuva asoció al trono a su hermano Leovigildo que se hizo cargo de Hispania, pero para asentarse firmemente en el poder necesitaba aliarse con un poderoso clan aristocrático, el del difunto Atanagildo que había cerrado filas en torno a la viuda. La alianza se fraguó como casi siempre, con una boda.

Leovigildo, que era viudo no perdió tiempo en casar con Goswintha, así que esta siguió siendo reina y no tardó en ampliar su poder ya que la temprana muerte de Liuva (por causas desconocidas) puso a la provincia que este gobernaba bajo su cetro. Volviendo a Goswintha tenemos que destacar dos cosas que merece la pena tener en cuenta, una fue su sentido político que le llevó a tener buenas relaciones con la Francia merovingia a pesar del asesinato de una de sus hijas y su anticatolicismo visceral, como ya dije al principio, era arriana acérrima, su aversión a la fe católica era tan grande que fue la instigadora de las persecuciones contra los católicos llevadas a cabo en España durante el reinado de su segundo marido y ni su propia familia se libró de ella como veremos a continuación.

Leovigildo tenía dos hijos, Hermenegildo y Recaredo. Hacia el año 573 los asoció al trono nombrándoles "consortes regni". Poco tiempo después fue Goswintha la que decidió que ya era hora de que el mayor se casara y pensó que la esposa ideal para él sería Ingunda, hija de Sigeberto y de Brunekhilda, o expresado de otra manera, nieta de la propia Goswintha. Concertada la boda, Ingunda llegó a Toledo hacia el año 579 y fue recibida por su abuela con grandes muestras de afecto lo que hizo pensar que era un presagio para una época feliz, pero esto duró poco por el enfrentamiento de abuela y nieta a causa de la religión; si arriana hasta la médula era la abuela, en la misma medida era católica la nieta. Goswintha debió de creer que si sus hijas habían renunciado a su religión para optar por la de sus maridos, su nieta tendría que hacer lo mismo, así que comenzó a intentarlo por las buenas pero se encontró con la férrea oposición de su nieta que a pesar de su corta edad tenía el mismo carácter que ella. No logrando nada por estos medios, decidió emplear la violencia. El historiador contemporáneo Juan de Bíclaro califica estas peleas de "mestica rixa" (pelea de familia), pero el franco Gregorio de Tours, también contemporáneo y más expresivo, relata la crueldad empleada con Ingunda narrando: “Cogió a su nieta por la cabellera, la echó a tierra y la pateó y golpeó hasta dejarla cubierta de sangre. Entonces mandó que la arrojasen a la piscina bautismal arriana, pero en medio de tan brutal paliza, Ingunda se mantuvo íntegra en su fidelidad a su religión”.

Después de la boda, las relaciones entre ambas eran ya imposibles hasta que el rey Leovigildo tomó la decisión de que los jóvenes abandonasen cuanto antes la corte y fijaran su residencia en Sevilla. Abuela y nieta no volvieron a encontrarse, pero esto no representaba el final, Hermenegildo abrazó el catolicismo y por si no fuera poco, se rebeló contra su padre nombrándose rey de los territorios del mediodía que por entonces se hallaban bajo sus dominios. A consecuencia de esto, se comenzó una guerra que se prolongó durante cinco años y que no la vamos a relatar aquí, nos limitaremos a decir que Hermenegildo calló prisionero y trasladado a Tarragona moriría a manos del carcelero Sisberto. Ingunda pensó que lo mejor sería poner tierra de por medio pues si Hermenegildo no había sido perdonado, ella menos, así que decidió marcharse con su hijo a las tierras de la provincia bizantina que el Imperio de Oriente tenía en la Península ibérica. Desde allí fueron enviados por mar rumbo a Constantinopla, pero la princesa enfermó durante la travesía y murió en un puerto tal vez de África o tal vez de Sicilia. Del niño se sabe que llegó a la corte imperial donde su rastro se perdió para siempre, reclamado por su abuela materna, nunca apareció.

En el año 586, muere Leovigildo dejando viuda de nuevo a Goswintha, pero esto tampoco fue motivo suficiente para que abandonara la política. Debido al gran poder que tenía, Recaredo, heredero del trono de su padre, tuvo que pactar un convenio con ella por el cual la reconocía como madre y seguir sus consejos en todo lo referente a la política. Incluso comenzó a planear la boda de Recaredo con la hermana de Ingunda, Clodosinda, pero Gontran, el patriarca de la familia merovingia contestó: “No puede parecerme bien que mi sobrina marche a donde fue muerta su hermana”, al final no hubo boda y no solo fue esto un motivo de desagrado para Goswintha, la conversión de Recaredo al catolicismo y la decidida voluntad que puso en promover la religión católica en el reino, debieron de sentar muy mal a una arriana como ella, no estaba ya en edad de protestar en voz alta, pero en cuanto surgían importantes resistencias arrianas contra Recaredo, la vieja reina, se mezcló en todas ellas.

Aún le quedaban ganas de pelea y en Toledo, de acuerdo con Uldida, antiguo obispo arriano, urdió una conjura contra Recaredo, pero fueron descubiertos y mientras al obispo lo desterraron de ella dice Juan de Bíclaro: “que la anciana reina, siempre enemiga de los católicos, llegó al fin de sus días”. Teniendo en cuenta como se las gastaban entonces y que debían de estar de ella hasta la coronilla, es posible que alguien piadosamente la ayudara a marcharse.

miércoles, octubre 19, 2005

Venganza o justicia


Ni que decir tiene que la venganza es el daño o agravio infligido a una persona como respuesta o satisfacción a otro recibido de ella. En el ser humano es muy corriente hacer uso de la venganza y por un quítame allá esas pajas, ya estamos tramando la forma de devolver el daño y por no ser menos, con intereses. Hay muchas formas de llevar a cabo la venganza, por ejemplo: los que devuelven el golpe en el momento (tú me das, yo te doy), los que primero amenazan en el momento del acaloramiento (te vas a enterar, esto no queda así) y luego esperan la oportunidad pero sin planear nada y los que reciben el golpe, esperan a que se les pase el calentón y empiezan a planearla con gran frialdad estudiando bien el método a seguir, el momento y sobre todo la forma para hacer sufrir lo mas que se pueda al causante del daño, dándole donde más le duela.

Hay muchas clases de venganzas: las muy sonadas, las muy crueles, las muy tontas y las que están tan mal hechas que el daño termina por recaer precisamente en el que la lleva a cabo, pero claro, es que depende del carácter del vengador.

También es verdad, que en muchos casos se pudiera tomar por venganza lo que simplemente otros ven como justicia, por ejemplo: si una persona va por la calle y viene el caco de turno y le arrebata el móvil, se produjo una agresión; el dueño del móvil denuncia al ladrón y este va a parar a la cárcel (no reírse que sólo es un suponer), el ladrón pensaría que era una venganza por el robo mientras que el agredido pensaría que era justicia.

Otro caso por ejemplo: en un trabajo, un compañero hace todo lo posible por amargarle la vida a otro, en un momento determinado, al que fue pisoteado tantas veces se le presenta la ocasión de devolverle el golpe ¿venganza o justicia?, seguro que todos contestáis venganza, pero ¿no es justo también que a un chinche de esos que hay en todos los lugares de trabajo se le enseñe que no puede ir por el mundo incordiando sin encontrar respuesta?, si a una mala persona no se le pone en su sitio, en realidad se le está dando alas para seguir abusando cada vez más, por lo que creo que dándole una lección en realidad lo que se está haciendo es justicia.

Y ahora decid, ¿hay alguien que no se haya vengado aunque sólo sea con un “poquitín” de maldad?, o si no es maldad ¿al menos con satisfacción?, la mayor parte de las veces a nuestras actuaciones la llamaremos justicia porque toda persona agredida considera que su respuesta es eso, justicia, pero seamos sinceros en el fondo sentimos una gran complacencia cuando nuestro agresor recibe lo que a nuestro entender se merecía.

En el refranero, que es el que recoge el saber popular, se encuentran muchos refranes que hacen mención a la venganza como por ejemplo:

“A secreto agravio, secreta venganza”
A este se agarrarían las personas zorrucas que devuelven el golpe mientras aparentan no tener nada que ver en el asunto.

“Quien vengarse quiere, calle y espere”
Está claro que este vale para la gente paciente que sabiendo esperar en silencio dará el golpe en el momento preciso.

“Siéntate y espera; que tu enemigo pasará por tu acera”
Este es el ideal para los que quieren vengarse pero no están dispuestos a gastar energías, o sea, los vagos, así que esperan a que el agresor venga el solito a buscar su merecido.

“Hacer el mal que te hagan no es pecado, sino paga”
¿Habíamos dicho algo sobre justicia?, pues aquí está, el que elige este, nunca se creerá vengativo, solo justo.

“Si me puso el cuerno, buena pedrada le di a su perro”
Este es el de los cretinos y cobardes, como no se puede vengar del agresor, le da al pobre perro que no tiene la culpa de nada.

“Hombre vengado, corazón apaciguado”
Retrata a las claras a la persona vengativa que no es capaz de perdonar ni olvidar y solo encuentra descanso cuando la venganza se cumplió.

“Quien siembra odio, recoge venganza”
Este vale como aviso a esos tiranos que nunca miran donde ponen los pies al caminar, para que se enteren que tarde o temprano se puede quedar sin ellos.

Podríamos seguir con muchos más, pero vamos ahora a otro tipo de respuesta a las ofensas. Cuando estas no son muy graves y el carácter del agredido no es belicoso, puede suceder que la respuesta sea la de Genoveva, uno de los personajes de la obra “La casa de los siete balcones” de Alejandro Casona, que tomaban por loca y que yo creo que no lo estaba tanto. Esto es lo que decía:

Genoveva - ¡Y dale! Donde hay tanta niebla, todos los días de sol son domingos. Deja de trabajar y tacha el viernes.
Rosina - ¿Tacharlo? ¿Cómo?
Genoveva – Como yo. Todo lo feo, lo sucio, lo grosero, se tacha y en paz. ¿Ves las palabras brutas del señor cuando me insulta? Tachados los insultos. ¿Ves que las comadres se guiñan el ojo cuando yo paso? Tachados los ojos. Y aquí dentro, ¡a esa mujer…., a esa mala mujer…., ¡a esa la tengo tachada entera!. ¿Comprendes ahora?

Quizás hay que estar un poco loco para “tachar” las ofensas y procurar vivir sin esa tensión constante de devolver los muchos golpes que nos suelen dar a lo largo de nuestras vidas. Pero si nos paramos a pensarlo con calma, nos daríamos cuenta que odiar y querer hacer uso de la venganza es muy cansado – hay que buscar el momento, el castigo más duro, esperar la mejor ocasión, planificarla - y nos hace perder un tiempo precioso que podríamos emplear en vivir y disfrutar de una vida, que con el paso de los años nos damos cuenta que es demasiado corta.

Pensemos también que las venganzas pueden terminar como la de “Don Mendo” (la foto del principio corresponde a una representación de la obra "La venganza de Don Mendo", de Pedro Muñoz Seca), donde no queda nadie para contarla.
Jeje, ¿os vengáis a menudo o sólo haceis justicia?

Los castros


Los castros son recintos fortificados situados en lugares cuidadosamente elegidos por sus características favorables para la defensa y desde donde se pueden controlar amplias zonas o vías naturales de comunicación, con barreras de protección artificiales como fosos, murallas o piedras hincadas. En Asturias están localizados alrededor de 300.

No está muy claro el origen de los castros, pero dado que son poblados defensivos (del latín castrum, campamento fortificado), nos podemos hacer las siguientes preguntas ¿fueron construidos por los invasores para defenderse y al mismo tiempo dominar a los lugareños? o por el contrario ¿fueron estos los que se fortificaron para defenderse de los recién llegados?. No se si estas preguntas tendrán respuesta alguna vez ya que las piedras de los castros se niegan a dar mucha información y la poca que sueltan solo da pié para hacernos un montón de preguntas más. Pero si podemos sacar en claro, que durante este tiempo nuestros antepasados vivieron tiempos difíciles debido a inmigraciones no pacíficas que produjeron una gran inestabilidad.

Veamos ahora como eran estos castros. Dependiendo del lugar elegido para su ubicación, se completaban las defensas naturales – el cerco de los ríos, las laderas escarpadas, los acantilados – con un anillo defensivo que aislase el castro por los lugares más accesibles. Las murallas solían ir precedidas de una zona sin edificaciones, el antecastro, y de un número variable de fosos, en algunos casos hasta seis; otros utilizaban una zona plagada de estacas de madera o grandes piedras clavadas en vertical que hacían muy difícil el ataque al poblado, esto es lo que se llama piedras hincadas y en algunos lugares las ponían también en los espacios entre fosos; el caso era crear las mayores dificultades posibles al enemigo, pero me temo que el enemigo era bastante necio y perseverante y al final por una causa o por otra estos poblados acabaron por desaparecer, aunque no de forma súbita, en realidad parece que dieron buen resultado, pero los tiempos cambian y el enemigo también y los castros en la nueva situación ya no tenían cabida. Una variante muy corriente en el occidente de Asturias es el castro costero en el que el mar rodea la mayor parte del castro, situándose los fosos en el istmo lo que lo convierte prácticamente en una isla de difícil acceso. Un buen ejemplo es el de Cabo Blanco (El Franco) con cuatro fosos sucesivos en el istmo.

Era muy importante conseguir una gran solidez en los muros por lo que había que elegir bien la materia prima, la base rocosa que sirva de zócalo al castro o que se encuentre en una zona lo suficientemente cerca para que su traslado no represente demasiada dificultad. En Asturias, sobre todo en el occidente se dispone de masas de pizarra que se desgaja longitudinalmente, permitiendo obtener unas lajas planas con las que es fácil formar paredes sin necesidad de unirlas con barro, este es un método que permite formar muros uniformes sin tener que tallar las piedras, como por ejemplo en los castros de Coaña, Mohías y San Isidro. En otros casos es la cuarcita, abundante en Asturias como sucede en la Campa de Torres (Gijón); en el oriente asturiano la base geológica suele ser la caliza como en el Pico Castiello de La Collada o Caravia.


La vivienda castreña en su mayoría es de planta circular y construida en piedra, aunque muchos investigadores coinciden en afirmar que las primeras fases de los castros contaban con simples chozas de troncos y ramaje, cubiertas con paja u otros elementos perecederos. En Asturias el testimonio mas claro sobre esta primera fase es el de Caravia, allí se descubrieron pavimentos de arcilla que por sus medidas muy bien pudieran ser los suelos de las cabañas y al no aparecer muros de piedra, da lugar a pensar que las paredes eran de troncos o ramas.

Otro dato curioso es que las casas de los castros del Noroeste no comparten muros medianeros con los vecinos, siendo una unidad habitacional separada de las demás. Sus dimensiones suelen ser pequeñas, unos 4 a 5 m. (si sabe esto la ministra Trujillo, rebajará las dimensiones de sus minipisos) y no tienen compartimentos interiores. Otro detalle es que no parecen tener ventanas lo que haría que fuesen habitaciones oscuras y mal ventiladas. La techumbre según las distintas versiones muy discutidas, se realizaría mediante paja sujeta con cuerdas colgantes desde el eje central y atada a trozos de pizarra perforada, que servirían de contrapeso para evitar su dispersión por el aire. Otra posibilidad sería la de techos de falsa bóveda, aproximando cada vez más sucesivas hiladas de pizarra que acabarían enlazándose mediante una loseta final, a esta conclusión se llegó por la abundancia de losetas encontradas en el interior de las viviendas. En los castros de Coaña y Mohías se han encontrado ciertas pizarras rectangulares, recortadas y con un pequeño agujero circular en el que aparecían restos de clavos, que prueban el uso de auténticas tejas de pizarra claveteadas al armazón de madera que sustentaba el tejado.

Los suelos de las habitaciones variaban mucho según las circunstancias, en algunos casos se buscó la roca natural, y donde para evitar el agua de lluvia que se filtraba por las fisuras de la pizarra bajo los muros, se recurrió a tallar un canalillo en la piedra que desviase su circulación impidiendo que se inundase el piso. En otros el pavimento estaba formado por una capa de arcilla y otros enlosados con lajas horizontales recubriendo una parte o toda la superficie.


El mobiliario encontrado en estas viviendas es tan escaso, que poco nos puede aclarar sobre como vivían, solo algunos molinos y piedras con cazoletas, además de los hogares que normalmente estaban en el centro de la cabaña y que se supone servían no solo para cocinar, sino también para dar calor y luz. En algunos casos había también una especie de bancos adosados a la pared que podían ser usados como basares o estantes pero que también sirven como asiento comunitario y aquí podemos hacer referencia a la descripción que Estrabón hace de los pueblos del norte “...comen sentados sobre bancos construidos alrededor de las paredes, alineándose en ellos según sus edades y graduación social”.

En cuanto a la agricultura, al no existir conservación de semillas como en otros lugares, solo podemos conocerla por comparación con otros yacimientos circundantes que por tener un clima similar se supone que los cultivos también lo serían, como por ejemplo el trigo que es abundante en castros de Portugal y Galicia, en especial en Orense; la cebada, el mijo y la escanda. Estos cereales alternan con algunas leguminosas cono las habas (Vicia faba) conocida en Asturias como “fabes de mayo”

La producción no debió de ser abundante y su escasez se suplió habitualmente con el uso de bellotas. Si leemos de nuevo las explicaciones de Estrabón, afirmaba que los montañeses viven tres cuartas partes del año del consumo de las bellotas, quizás exageraba un pelín pero es el relato escrito más cercano que tenemos. También se supone que las castañas formaban parte de la dieta de los asturianos.

Entre los aperos agrícolas podemos destacar las dos hoces de hierro de Caravia, aunque los más representativos son los molinos planos y giratorios, elementos corrientes en todos los poblados conocidos.

Referente a la ganadería, por los restos hallados en Mohías parece que había cierta cantidad de cabras aunque predominaba el ganado vacuno. En la Campa Torres se pudo determinar la existencia de ovejas y cabras, cerdos y vacas y aquí volvemos a Estrabón que dice que los montañeses comían principalmente carne de cabra, animal que sacrificaban al dios de la guerra. ¿Será verdad?, quizás al no conocer la lengua ni las costumbres de los lugareños hizo una interpretación libre de lo que sucedía.

A decir verdad Estrabón, que era un geógrafo griego, no estuvo en Asturias en ningún momento de su vida, lo que sí se puede decir es que visitó gran parte del imperio romano y que la Geografía que escribió, cuya mayor parte se conserva, está compuesta con ayuda de las obras de los historiadores Éforo, Polibio y Posidonio. En su obra que tiene un carácter histórico se advierte un gran interés por descubrir las relaciones de los hombres, de los pueblos y de los imperios con el medio natural.

Volviendo a los castros, y ya para finalizar, podemos decir que es el lugar de habitación privilegiado durante la protohistoria y que las cuevas en este periodo pudieron haber sido lugar de refugio en tiempos inseguros y cobijo de vagabundos y pequeños grupos familiares errantes. Otra cosa interesante es que no hay enterramientos asociados a los castros, lo que no quiere decir que gozasen de una salud de hierro y fuesen inmortales, sino que posiblemente el ritual empleado fuese la incineración. Esta época todavía está llena de incógnitas y tendremos que esperar a nuevos hallazgos para ir despejando la niebla que todavía cubre esta parte de la Historia..

domingo, octubre 16, 2005

El desarme

No, no toca hoy hablar de rebajar la tensión existente en el mundo por las muchas guerras intentando desarmar a los contendientes, no sería una mala idea; el desarme al que me refiero es a una fiesta gastronómica que desde hace ya mas de un siglo se celebra en Oviedo cada 19 de Octubre y que tiene un menú específico que obliga a los restaurantes en esa fecha a no presentar en sus cartas otros diferentes, pues todos los comensales (que ya reservaron mesa con bastante antelación) sólo quieren comer los tres platos establecidos para esta fecha y que son: Garbanzos con bacalao y espinacas, callos y arroz con leche.

Esta celebración tiene su origen en un acontecimiento bélico en el que todavía nadie se pone de acuerdo, aunque si que viene del siglo XIX, años difíciles en la política del país que se encontraba dividido - ¿qué raro verdad? – entre los partidarios de Isabel II y los de Carlos María Isidro, hija y hermano respectivamente de Fernando VII, conocido como El Deseado, que abolió la Ley Sálica que impedía gobernar a las mujeres con la intención de que la corona pasara a su hija.

Asturias, liberalista ya desde los tiempos de la resistencia a los franceses – no olvidemos que fue la Junta General del Principado quién hizo la primera declaración de guerra a Napoleón en 1808 (para grandones nosotros) y el pueblo asturiano el primero que declaró la guerra al invasor desde el Campo de San Francisco - se declaró partidaria de Isabel, mientras la Iglesia estaba más próxima al carlismo. En aquel ambiente tan revuelto, en Oviedo se repartía armas a grupos de ciudadanos reclutados para mantener el orden ante posibles brotes o ataques carlistas, eran las llamadas milicias nacionales. No vamos a entrar ahora en los tira y afloja de la guerra, así que nos la saltaremos para ir a parar al final y llegar al desarme que es el que hoy nos interesa y es en este momento del final, en el que encaja la noticia del desarme ocurrido en Lugo de Llanera, hubo una concentración de milicianos con motivo de una inspección, posiblemente se les sirviera un rancho especial (los garbanzos con bacalao y espinacas) y mientras comían se les fueron retirando las armas que habían dejado a sus espaldas, unos opinan que este hecho fue el comienzo de esta celebración, pero no coincide la fecha con la del 19 de Octubre, así que buscando, buscando otros opinan que quizás fue la celebración de los ovetenses por impedir la entrada del general carlista Sanz que intentó un ataque a Oviedo consiguiendo llegar hasta la calle Magdalena, pero que finalmente fue rechazado. Este hecho coincide en la fecha pero no en el menú de la celebración, pero como aquí para celebrar algo con una buena comilona no somos tan quisquillosos, entre gobierno local y la hostelería, decidieron celebrar cada 19 de Octubre la fiesta de “El Desarme” con el menú que ya comenté al principio.

La costumbre es que son grupos de compañeros de trabajo y peñas de amigos los que se reúnen en los distintos restaurantes (todos a rebosar) para degustar este menú que no me extraña que sirviera para amodorrar a las milicias, pues fuerte si es y además, ¿quién pone en duda de que es mejor una buena comilona que unos buenos tiros?. Si alguna vez pasáis por Oviedo en esta fecha, disfrutad de esta celebración gastronómica que estoy segura que os gustará.

jueves, octubre 13, 2005

Fábulas

La fábula es un breve relato ficticio, en prosa o en verso, creada para entretener y que suele tener una intención didáctica que se manifiesta en el final con una moraleja. Puede estar protagonizada por personas, animales y otros seres animados o inanimados. Con todo esto no creo que haya dicho nada que no sepáis ya, pero sirve como introducción al tema de hoy.

Por su sencillez y por estar protagonizadas por seres muy cercanos y conocidos, suele ser de fácil comprensión. Su origen es desconocido pero se cree que los apólogos orientales fueron la fuente de las fábulas. La producción narrativa - cuentos, fábulas, relatos – constituye para India uno de los géneros literarios más importantes y si tenemos en cuenta que los hindúes siempre vivieron en estrecha comunicación con la naturaleza y observaron muy de cerca las costumbres de los animales, es lógico que los emplearan para protagonizar sus fábulas. Pero esto no sucede sólo en esa parte del mundo, en todos los lugares existen relatos parecidos, con enseñanzas similares en los que sólo cambian los personajes para hacerlos más cercanos, ¿quién no recuerda la fábula de “La zorra y la gallina”, o la de “Las moscas”, o tantas y tantas que nos contaron cuando niños? eso es lo que sucede también en la fábula que voy a relatar y que procede de una tribu del Congo y se titula:

LA CRESTA Y LA PIEL

Un lagarto y una gallina pintada que eran amigos, vivían en un poblado donde sus habitantes se turnaban a la hora de ocupar el trono. Cuando le llegó el turno al lagarto, hizo todo cuanto estuvo en sus manos para que la investidura fuese lo más espléndida posible, con tambores, lujosas prendas, un trono y abundante cerveza para refrescar a los asistentes.

Lo único que le faltaba de hecho era un tocado adecuado e hizo saber a su amiga, la gallina pintada, que le buscase unas plumas despampanantes. La gallina así lo hizo y le llevó plumas de todas las formas y todos los tamaños, pero ninguna le gustó; en el fondo, había decidido que lo único que podría contentarle era la espléndida cresta de la propia gallina pintada. Al final, ésta tuvo que ceder a regañadientes y dejar que le cortasen la cresta, de ahí que ninguna gallina pintada la lleve desde entonces.

El tiempo pasó y cuando el reinado del lagarto concluyó, llegó el turno de la gallina pintada. Esta no quiso ser menos y organizó una ceremonia por todo lo alto, con tambores, bebida y objetos de lujo. Pero una vez más faltaba algo, en este caso un trono de piel, y la gallina exigió que se forrase con la piel del lagarto. El resto del pueblo estuvo de acuerdo, por lo que al final el lagarto no tuvo más remedio que dejar que lo despellejaran a costa de su propia vida. La fábula acaba con el siguiente dicho: “No pidas a un amigo algo que no pueda darte”.

lunes, octubre 10, 2005

Visitando Budapest (2ª parte)

Bueno, repuestas las fuerzas y descansados los pies, nos ponemos en marcha para terminar con la visita a Buda, recorriendo el Bastión de los Pescadores. Lo primero que vemos al acercarnos es la estatua ecuestre de San Esteban, obra en bronce de Alajos Stróbl. El primer rey de Hungría, Esteban I está representado vistiendo el manto de su coronación, tocado con la santa corona y en la mano porta la doble cruz que simboliza la conversión del país al cristianismo, la aureola que rodea su cabeza hace alusión a su canonización en 1083. En el pedestal neorrománico se muestran escenas de su reinado así como los atributos de los cuatro Evangelistas, el hombre, el buey, el águila y el león.

A finales del siglo XIX y principios del XX sobre planos de Frigyes Schulek, se construye el Bastión de los Pescadores, un conjunto neorrománico de murallas y torrecillas, cuyo nombre tiene un origen incierto, unos dicen que podría provenir del mercado de pescado que se celebraba en las cercanías en la Edad Media y otros que está relacionado con las corporaciones de pescadores que participaban en la defensa de la ciudad desde las murallas que existían en aquella época. Lo que si sabemos es que fue erigido para celebrar el milenario de la ciudad en 1896. Las torrecillas simbolizan las siete tribus magiares y cada jefe está representado por una estatua. Para disfrutar de las vistas del Danubio y de Pest no se puede dejar de dar un paseo por el bastión, también podremos apreciar mejor el tejado de colores de la iglesia Mátyás.

No lejos de aquí y para el que lo desee, se puede visitar el Museo de Historia de la Música, el de la Antigua Sinagoga Medieval, el de Historia Militar y el Monumento a San Gellért, que fue el primer obispo de Csanád y que vivió durante el reinado de Esteban I, siendo el responsable de la cristianización de muchas personas y que durante la rebelión pagana que siguió a la muerte de Esteban en 1038, al parecer fue lanzado desde lo alto del monte encerrado en un tonel. En el lugar del martirio se encuentra la monumental estatua de bronce.

Y nos vamos ya para Pest porque si no a este paso nos quedará la mitad de la ciudad sin ver. Como ya dije Buda y Pest están separadas por el Danubio y claro, para cruzar de un lado al otro se necesitan puentes y Budapest tiene unos cuantos, pero sólo hablaremos de los dos más originales, el Puente de la Liberación que tiene 331 m. de largo es un bello ejemplo de arquitectura metálica, fue bautizado como puente de Francisco José que lo inauguró en 1896 y su nombre actual lo tomó en 1946 año de su reconstrucción. Las cuatro torres están adornadas por el ave turul y sobre los arcos está el escudo de Hungría rematado por la corona; y el Puente de las Cadenas, que es el más antiguo de la ciudad, también conocido como el puente del conde István Széchenyi porque en diciembre de 1820, el joven capitán de los húsares recibió la noticia de que su padre había muerto en Buda, llegado a Pest, no pudo cruzar el Danubio ya que el hielo había interrumpido la circulación del trasbordador quedando inmovilizado durante varios días y fue en ese momento cuando le surgió la idea de construir un puente. Tiene 380 m. de largo y la unión de hierro y piedra forman un hermoso conjunto clásico, a ambos extremos dos leones de piedra montan guardia.

Lo primero que vamos a visitar en Pest, es el Parlamento. De estilo neogótico, con la fachada en arcadas, más parece una catedral que un parlamento. Fue construido entre 1885 y 1902. Sobre sus fachadas se alinean 88 estatuas de soberanos, príncipes y caudillos militares húngaros. Bajo su cúpula se unen las dos alas y hoy en día es la sede de la Presidencia de la República (ala sur) y la del Gobierno (ala norte). Solo se permite una pequeña visita a su interior, pudiendo admirar la escalinata de honor, el Salón de la Cúpula y las joyas de la corona, el Salón de los Diputados y el salón de Sesiones.

Pasearemos Ahora por las calles mas modernas de la ciudad y aprovecharemos para ver bellos edificios como la Estación de Poniente, la Opera Nacional, la Basílica de San Esteban, el Mercado Central, la Gran Sinagoga de la calle Dohány, para llegar a la Plaza de los Héroes, a su lado izquierdo se encuentra el Museo de Bellas Artes y al derecho la Galería de las Artes y en la parte posterior el Monumento del Milenario, dos columnatas en círculo con un conjunto de estatuas y esculturas, en el centro se levanta una columna de 36 m. que sostiene una estatua del arcángel Gabriel, llevando la corona húngara y la cruz apostólica. El Monumento del Milenario, conmemora el milenario de la conquista magiar y fue inaugurado en 1896, y tiene un imponente grupo escultórico que muestra al príncipe magiar Árpád a caballo, acompañado por los otros seis jefes de las tribus magiares.

No lejos de aquí se encuentra el Castillo de Vajdahunyad y que a nadie le sorprenda la mezcla de estilos romántico, gótico, renacentista y barroco de este castillo, ya que fue construido con motivo de la celebración del milenario con la intención de reflejar los diversos estilos arquitectónicos existentes en Hungría.

Bueno, después de esta buena caminata, tal y como le prometí a Nairoa, voy a dejaros tiempo libre para que el que quiera haga unas compras, si es que queréis llevaros un recuerdo de Hungría, os mostraré algunas cosas típicas por si os interesan (aviso, no me llevo comisión, quede claro).

Los que no sean aficionados a comprar o ya estén pelín hartos de tanto edificio, monumento y castillo, les invito a tomar una copa en la terraza del hotel mientas contemplamos el Puente de la Libertad.

Y aquí cómodamente instalados vamos a charlar sobre los habitantes de Hungría, que fueron vapuleados una y otra vez a lo largo de la historia y que en su himno nacional escrito en 1823 por Ferenc Kölcsey y musicado en 1844 por Ferenc Erkel, apela a la protección divina para un pueblo que, al decir de algunos, está abocado a las desgracias, la letra dice así:

"Apiádate, Señor, del húngaro
rodeado de peligros.
Extiende sobre él tu brazo protector
en el mar de sus desgracias.
Concede años de felicidad
a quien la adversidad tanto ha maltratado.
Su pueblo ya ha expiado
el futuro y el pasado.

Hungría, es un país prácticamente homogéneo, la gran mayoría es de origen y lengua magiar y la impresión que yo saqué de los lugareños es la siguiente: son atentos, afables, muy alegres - les gusta mucho cantar y bailar – están muy orgullosos de su origen magiar que es lo que se consideran, más que húngaros y son muy respetuosos con sus tradiciones, avanzan hacia lo moderno sin olvidar ni renegar del pasado. En estos momentos están más o menos como los españoles en los años sesenta pero avanzan a mayor velocidad hacia la modernidad, pero en sus tiendas por ejemplo se ve la ropa o los zapatos que no son de buena calidad ni de hechura moderna. Si tomas un taxi tienes que pactar el precio con el taxista, pero no hay problemas para que admitan los euros.

Sus comidas, como habréis podido apreciar, son muy especiadas y picantes, la páprika (polvo fino obtenido de moler los pimientos rojos) está presente en la mayor parte de los platos de la cocina húngara y el gulyás su plato más famoso, no es un guiso como se suele creer, si no una sopa de buey con cebolla y pimentón y guarnición de patatas y zanahorias, en el resto de Europa se conoce normalmente como gulash. Entre los pescados el más apreciado es la perca y entre los postres los crêpes y los pasteles con manzana, nueces o semillas de amapola. Los vinos suelen llevar el nombre de la región como por ejemplo badacsonyi o el egri.

Bueno, el viaje toca a su fin y como despedida me hubiera gustado agasajaros con música interpretada por una típica orquesta húngara, pero como no es posible, pedí a unos importantes personajes de esta tierra que abandonaran momentáneamente la Plaza de los Héroes y os hicieran los honores para que os llevarais un buen recuerdo, así que aquí tenéis al príncipe magiar Árpád acompañado por los otros seis jefes de las tribus magiares.

jueves, octubre 06, 2005

Visitando Budapest (1ª parte)


Para aprovechar el puente del Pilar, me pareció una buena idea hacer volar de nuevo el Jet Leodegundia y como disponemos de más tiempo, esta vez aterrizaremos para visitar una bellísima ciudad, Budapest.

Todos los que quieran acompañarme, tomad asiento porque vamos a despegar en breve para iniciar el viaje que nos llevará al aeropuerto de Ferihegy, desde allí un autobús nos trasladará al Hotel Gellért para que podáis dejar el equipaje y si os apetece tomaros un baño, no, no os estoy llamando guarrillos, lo que sucede es que los baños - reminiscencia de la época romana y de la ocupación turca - forman parte de la rutina de los habitantes de Budapest. Acuden a los baños para aliviar sus males, conversar, jugar al ajedrez o simplemente para relajarse y uno de los más famosos está precisamente en el Hotel Gellért.

Bien, una vez todos acomodados, poneos calzado cómodo porque las ciudades se conocen mejor “pateándolas”. Como ya sabréis, Budapest se extiende a ambos lados del río Danubio y el contraste entre las dos orillas es sorprendente, a un lado la ciudad de Buda y al otro la de Pest. En la margen derecha Buda se extiende sobre un conjunto de colinas arboladas que le confieren un aire residencial y es la parte más antigua, en la margen izquierda Pest se extiendo por la llanura y forma la parte moderna de la ciudad.

Al estar enclavada en el centro de Europa, Hungría fue lugar de paso y así se fue enriqueciendo con las culturas de esos pueblos y Budapest es una amalgama en la que se funden todas ellas formando parte de su patrimonio.

Empezaremos por visitar la colina de Várhegy que está rodeada de murallas, y en donde se encuentra el Palacio Real, la Iglesia Mátyás y el Bastión de los Pescadores, pero no os preocupéis pues no es necesario realizar la ascensión caminando, existe un funicular que nos llevará directamente allí. Poco antes de llegar a la base, veremos una escultura de piedra que señala el Km 0, desde donde se calculan todas las distancias a partir de Budapest y ya sobre la muralla se podrá ver un mosaico con las armas de Hungría rodeadas por las de las antiguas provincias. Desde la estación superior se divisa una interesante vista de Pest y del Danubio.

¿Estamos todos? ¿no quedó nadie rezagado?, bien, entonces vamos a empezar por el Palacio Real. Bela IV (reinó entre 1235 y 1270), ordenó la construcción de una fortaleza en este lugar para defender Buda de una posible invasión mogola. Durante el reinado de Segismundo de Luxemburgo (1387-1437) se realizó la primera ampliación llegando a su máximo esplendor bajo el reinado de Matías Corvino (1458-1490). Este brillante monarca, ilustrado y humanista, dotó al palacio de elementos renacentistas e hizo de él un centro artístico y científico. El asedio de 1686 lo destruyó casi completamente. Mas tarde en los siglos XVIII y XIX los Habsburgo quisieron convertirlo en residencia imperial. Primero María Teresa mandó añadir unos imponentes edificios barrocos y mas tarde, en 1890, Francisco José encargó a Miklós Ybl y a Alajos Asuman la reforma del edificio, que pasó a tener un estilo neobarroco. Rodeando el castillo existe una reja neobarroca de hierro forjado y en uno de sus pilares se puede contemplar una gigantesca ave de presa con las alas desplegadas y una espada entre sus garras, se trata de Turul, mítica ave símbolo de las tribus magiares. En el centro de la fachada del palacio, hay una cúpula que descansa sobre un conjunto de columnas, y la terraza está presidida por la estatua ecuestre de Eugenio de Saboya (uno de los liberadores de Buda), en cuyo pedestal podremos ver dos escenas de la batalla de Zenta (1697), si continuamos el paseo hacia el saledizo que se alza sobre el río podremos ver perfectamente la isla Margarita, el Parlamento, el puente de las cadenas, la Basílica de San Esteban, el puente de Isabel, el de la Libertad y al fondo, la colina Gellért, la Ciudadela y el monumento a la Liberación.

Bueno, vale ya de fotos, continuemos con el recorrido. Aquí en la plaza el principal atractivo es sin duda la fuente del Rey Matías, quizás es el más fotografiado, es un grupo escultórico de bronce, realizado por Alajos Stróbl en 1904 y representa al rey en una escena de caza, tema sacado de una balada del poeta romántico decimonónico Mihály Vörösmarty en la que el rey Matías encuentra durante una cacería a la hermosa Ilonka.

Ahora seguiremos por la izquierda para contemplar la Puerta de los leones, así llamada por los leones que la custodian y que al cruzarla nos encontramos en un patio interior en el que, si nos ponemos en el centro apreciaremos la majestuosidad de los edificios que lo rodean, hacia la derecha se encuentra la Biblioteca Nacional, al fondo el Museo de Historia y descendiendo por unas escaleras nos encontraremos en la muralla sur y La Torre de Maza, único vestigio de las fortificaciones medievales, podemos dirigirnos ahora a la puerta de Ferdinánd abierta en la muralla y apreciaremos la barbacana (construcción semicircular realizada en los siglos XIV y XV) y más allá de los jardines empieza el barrio de Tabán.

Tomaremos camino para visitar la Iglesia Mátyás, pero aprovecharemos para disfrutar en nuestro recorrido del encanto del viejo barrio, callejeando y haciendo alguna compra si es que alguien quiere llevarse un recuerdo y tomar algo, pero sin entretenerse que todavía nos queda mucho por ver.

Y aquí la tenemos, esta iglesia fue consagrada a Ntra. Sra. De la Asunción y es en el siglo XIX cuando adoptó su nombre actual en homenaje al rey Matías Corvino. En el siglo XIII, el rey Bela IV mandó construir una basílica de tres naves sobre el emplazamiento de una iglesia dedicada a la Virgen. Este edificio adquirió sus dimensiones actuales durante los reinados de Segismundo de Luxemburgo y Matías, quien añadió la Torre sur. Los turcos que se apoderaron de Buda en 1541, destruyeron el mobiliario cristiano y transformaron la iglesia en mezquita y cubrieron sus muros de tapices. Liberada en 1686 por los ejércitos cristianos, fue entregada a los jesuitas por el rey Leopoldo I. Estos la dotaron de elementos barrocos. Aquí fueron coronados el emperador de Austria Francisco José y su esposa Isabel (la conocida Sissi) como soberanos de Hungría. Después de muchos avatares, hoy en día el edificio recuperó el esplendor de antaño y es uno de los lugares más visitados de la ciudad.

La Torre Matías se alza en la fachada principal con una altura de 80 m., la base cuadrada se transforma en octogonal en los niveles superiores y termina en una aguja de piedra., a la izquierda del pórtico, la Torre Béla, más pequeña, es de estilo románico. Algo a destacar es la cubierta de la iglesia, de tejas esmaltadas características del siglo XV. Entremos por la Puerta de María y admiremos la profusión de pinturas existentes en las bóvedas, paredes y pilares que a primera vista nos haría creer que se trata de una iglesia bizantina. Podremos visitar las capillas de San Ladislao, la de La Trinidad, la de San Emerio, la de Loreto y la preciosa pila bautismal en piedra tallada y con cubierta de bronce que descansa sobre cuatro pequeñas columnas adornadas en su base por un león.

No se vosotros, pero yo estoy un poco cansada y os propongo hacer un alto para tomarnos un té y unos sabrosísimos pasteles en uno de esos salones que tanto abundan en esta ciudad y que conservan ese encanto de tiempos pasados. Entre todos, elegí el Gerbeaud, que en 1884 fue comprado por Émile Gerbeaud, renombrado confitero suizo.

El viaje continuará en el siguiente post porque si no se hará demasiado largo y no quiero que os canséis, tenemos un buen hotel y tiempo suficiente, así que no hay prisa.

martes, octubre 04, 2005

Horóscopos



Buscando en mi biblioteca un libro que me pidieron prestado, encontré uno que me trajo el buen recuerdo de una tarde llena de risas a costa de este libro y una de mis amigas. El libro en cuestión se titula “El gran libro de la Astrología”, libro que había comprado por curiosidad y que quitando unas pocas páginas que puedan ser aprovechables, el resto no vale para nada. En realidad creí que me había deshecho de él, pero por lo que veo quedó atrapado en una de las estanterías.

No se si una carta astral hecha con rigor le pueda decir a un individuo algo interesante, pero seamos sinceros, los que circulan alegremente por la prensa, son una bobada, pero ¿hay alguien que no los haya leído alguna vez?, yo si lo hice y un día me auguraban maravillas y al día siguiente, cuando aún no las había encontrado, me pronosticaban desgracias a tutiplén. ¿Y qué me decís de ese príncipe encantador que nos prometían que íbamos a encontrar nada más salir de casa?, alguien se me debió de adelantar porque nunca logré verlo. En fin, todos sabemos que es una pérdida de tiempo, pero como se suele decir: “Cuando el diablo no tiene que hacer, con el rabo espanta las moscas”.

Hay otra cosa curiosa que te dicen los horóscopos según tu fecha de nacimiento, son los rasgos mas destacados de tu personalidad y este fue precisamente el motivo de tanta risa pues mientras todas teníamos que conformarnos con lo que dijera el libro, mi amiga se sacó de la manga no se que historias de decanatos y ella cogía de aquí y de allá lo que más le gustaba, con una gran complacencia por su parte y protestas enérgicas (en broma por supuesto) de todas las demás.

Esto me dio la idea para aprovechar un poco más este libro, de hacer una especie de juego en el que poniendo yo una relación de los rasgos positivos y los negativos correspondientes a los distintos signos, cada uno compruebe en el que le corresponda si son acertados o no y que nos lo diga (si quiere decir el signo lo dice y si no, que nos informe sólo de si cree que está acertado o desacertado) y para rematar el juego podéis intentar averiguar el mío basados en la idea que cada uno haya sacado de sus visitas a mi blog y de las mías a los vuestros. Y recordad, al que no le cuadre mucho, “siempre se podrá acoger a los decanatos”. ¿Queréis jugar?

ARIES

Rasgos positivos: Espíritu aventurero e iniciador; emprendedor, valeroso, directo en su trato; muy enérgico, odia las restricciones y ama la libertad.

Rasgos negativos: Egoísta; tendencia a ponerse siempre en primer lugar; brusco, impulsivo, agresivo; satírico, de prontos temperamentales, impaciente: lo quiere todo ya.

TAURO

Rasgos positivos: Práctico, paciente, digno de confianza; hábil para los negocios; firme sentido de los valores, especialmente respecto al arte; afición al lujo y la buena mesa; persistente, sólido, tenaz, gran fuerza de voluntad; cariñoso, bondadoso, honrado.

Rasgos negativos: Posesivo, perezoso, falto de moderación, pelmazo potencial, de opiniones fijas, inflexible y sin originalidad; glotón, testarudo, resentido, rutinario.

GEMINIS

Rasgos positivos: Adaptable, versátil, intelectual. Ingenioso y lógico, activo, espontáneo, animado, locuaz y divertido en la conversación; facilidad para los idiomas y para escribir; su apariencia es siempre joven y moderna.

Rasgos negativos: Variable, intranquilo, taimado; inquisitivo, inconsecuente y chaquetero; incapaz de controlar su energía nerviosa, vive a “tope de sus nervios”, superficial, chismoso.

CANCER

Rasgos positivos: Amable, sensible, compasivo; gran imaginación; fuerte instinto paternal o maternal, solícito y protector, cauto, patriótico; tenaz, perspicaz, frugal; rico registro emocional; muy amante de su hogar.

Rasgos negativos: Exceso de emotividad, hipersensible; susceptible, temperamento irritable; caprichoso, variable; un exterior duro que esconde un carácter débil; tendencia a la autocompasión, rencoroso; inestable y demasiado sensible al halago; desordenado.

LEO

Rasgos positivos: Magnánimo, generoso, creativo, entusiasta; buen organizador, abierto, expansivo, tiene sentido de lo teatral y dramático.

Rasgos negativos: Dogmático; matón; ampuloso; snob, intolerante, de ideas fijas; paternalista; ansioso de poder; vanidoso.

VIRGO

Rasgos positivos: Perspicaz y analítico, meticuloso; modesto; ordenado.

Rasgos negativos: Nervioso, preocupado, hipercrítico, excesivamente quisquilloso; anormalmente convencional, remilgado.

LIBRA

Rasgos positivos: Encantador, aprecia la armonía y las condiciones de vida placentera; de naturaleza adaptable; romántico; diplomático; idealista; refinado.

Rasgos negativos: Indeciso, resentido; frívolo, variable, dado a la coquetería; fácilmente influenciable por los demás; crédulo; oscilante entre dos extremos.

ESCORPIO

Rasgos positivos: Intensos sentimientos y emociones; sentido de finalidad; muy imaginativo, perspicaz, astuto; porfiado, enérgico.

Rasgos negativos: Celoso, resentido, terco, obstinado e intratable; sigiloso y receloso.

SAGITARIO

Rasgos positivos: Jovial, optimista, flexible, mentalidad abierta, adaptable, buen juicio y una visión filosófica y amante de la libertad; sincero y franco; formal y escrupuloso.

Rasgos negativos: Dado a la exageración, extremista; carente de tacto, intranquilo, descuidado; irreflexivamente optimista; turbulento; irresponsable, caprichoso.

CAPRICORNIO

Rasgos positivos: Digno de confianza, decidido, ambicioso; cuidadoso, prudente, sentido del humor, sentido de la disciplina, paciente, perseverante.

Rasgos negativos: Opiniones rígidas; demasiado exigente; pesimista; convencional; tacaño, mezquino; aguafiestas.

ACUARIO

Rasgos positivos: Humanitario, independiente; amistoso, complaciente; progresista, original, creativo; espíritu reformador; fiel, leal; idealista; inclinado a lo intelectual.

Rasgos negativos: Imprevisible, excéntrico; rebelde, contradictorio; carente de tacto; de ideas fijas; perverso, originalidad forzada.

PISCIS

Rasgos positivos: Humilde, compasivo, benévolo, sentimental; poco mundano, sensible; adaptable, impresionable, amable; intuitivo, receptivo.

Rasgos negativos: Impreciso, descuidado; reservado; perplejo; incapaz de afrontar los aspectos prácticos de su vida; indeciso.

Bueno, esto es todo, podéis ir decidiendo si acierta o no y no os lo toméis muy en serio, recordad que solo es un juego.